sábado, 15 de diciembre de 2018

Los puntos finales.

Deberíamos enseñar a las personas, desde niños, a poner puntos finales. En algún lugar leí que los puntos seguidos incrementaban la inteligencia, mientras que los puntos finales facilitaban la vida. Y por qué nos parecería algo horrible el hecho de que nos facilitaran la vida...

Todos (en una generalidad que quizá no represente tu caso) crecimos con el cuento aprendido. Tus padres cuando no querían hablar mas, o se negaban a seguir una discusión ponían esos puntos y finales. Mano dura, tajante.

- He dicho que no. 
+ ¿Por qué no? 
- Porque lo digo yo, ¡y punto!



Y tanto tú como yo sabíamos perfectamente que todo lo que dijéramos a continuación podía ser utilizado en nuestra contra. Sin embargo, a nosotros no nos enseñaron a hacer eso. Llegamos a la etapa de mayor descontrol hormonal sin saber dar por zanjado temas. Sin saber si somos mas de blanco o de negro. Pero en ese momento descubrimos los grises, y ahí pasamos la mayor parte de nuestra vida. Tambaleándonos en escalas que se diferencian en matices.

"Es un 4,9, seguro que me pasa la mano" (y al final no te la pasó porque no llegabas al cinco), "no me ha contestado, será que está ocupado o se está haciendo el interesante" cuando realmente a ese chico/a no le gustabas. "A ver, dame una calada, solo para probar" Y al final acabas encontrando boquillas del tabaco de liar hasta dentro de tus zapatos, lo cual es tan real que me hace replantearme porqué nunca fuimos mas cuidadosos con las boquillas de tabaco. 

Dejando de lado los vicios varios. Llegamos a los 13 años con la idea de que tenemos que decir que sí a unas cosas y no a otras. Pero son cosas impuestas por otras personas: no fumas, no bebas, no te acuestes con todos, no dejes de acostarte con todas, estudia, no trabajes aún...
Como consecuencia ¿Qué hace todo puberto (palabra inventada que engloba a los chavalines de 12  a 20 años)? rebelarse coño, rebelarse. Como es normal
Y mientras sí y mientras no, si tienes algo de conciencia te volverás loco intentando entender porque es tan malo algo que no sabes si te gusta  o no.

No digo que a raíz de esto debamos darle droga a los niños, ni alcohol a todos los adolescentes que pasen cerca nuestra o llevar a nuestros hijos al casino a engancharse a la ruleta. Pero es cierto, que si de pequeños le enseñáramos a poner puntos finales; todo sería mas fácil.

Te fumas un cigarro para probarlo. ¿te gusta? si - bienvenido a tu ruina. ¿No te gusta? pues no lo hagas mas. No es necesario acostumbrarse a algo ni ceder porque otros lo hayan hecho.
Nunca te gusta la cerveza al primer buche (si es tu caso, eres un extraño espécimen en peligro de extinción). ¿Por qué entonces miras con cara rara a la gente que no la bebe? Todo son y está basado en opciones personales.

Y ya no hablo de decisiones que nos incumben/afectan "solo" a nosotros. Voy a un terreno mas pantanoso. Las relaciones con los demás.



No es tan difícil poner un punto final a una relación que no nos hace bien. Es cierto, no es algo fácil, pero quizá porque cuando pequeño no se nos entrenó para mantenernos firmes en algo. No se nos entrenó para tener la confianza en nosotros mismos en este ámbito.

Si tu amigo X solo te llama cuando tiene un problema, en los periodos de su vida en los que se encuentra bien no cuenta contigo, si nunca hace planes que a ti te apetecen siendo tú el que cede siempre. Si pasa largas temporadas sin acordarse de ti lo mas mínimo. Si depende de con quien esté te habla de una forma o de otra, o te avisa para salir o no. Mándalo al carajo.

De verdad, esa persona no te merece. Ni va a corresponderte nunca.
No crees relaciones de necesidad/dependencia hacia esa persona. Es cierto que cultivar una amistad requiere de esfuerzo, compresión, concesiones. Es cierto que no podemos ponernos en el extremo opuesto y ser nosotros ese amigo X. Pero ¿Qué es lo que nos hace dar una  oportunidad 1001 a esa persona de cambiar si sabemos que ha tenido 1000 y no ha cambiado?

No va a cambiar, por ti desde luego que no, y quizá el día que cambie siga tratándote como siempre porque tú no has cambiado y sigue considerándote su lugar seguro. Su parcela donde "con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley", como diría mi abuela.

Hay que ser firmes con estas personas. Pasar dos años sin verlo no demuestra nada. Es cierto que son las circunstancias de la vida las que dan oportunidades a las personas para cambiar, una ruptura, un muerte, una despedida, una enfermedad; pero si ves que después de esas circunstancias fuertes no ha cambiado ni un ápice. No te quedes esperando. Huye.

Si es por una escalera así de bonita; mejor: 


Porque esa persona volverá intentando chupar vida. Y aquí pasa como cuando a un corazón le quitan un tumor grande al que tiene que alimentar, cuando en las pelis/series de doctores lo extirpan y el corazón necesita acostumbrarse a latir de nuevo sin esa carga. Si tu yo del pasado fue lo suficientemente inteligente para dejar esa carga atrás, a no ser que te hayas convertido en su trabajador social y cobres por las molestias; no pierdas el tiempo. Ni la vida.

Los puntos finales son los que nos permiten ir avanzando sin grandes lastres. Porque no cortas nada, simplemente lo desatas. Una persona que me hizo mucho bien en un periodo de tiempo muy pequeño me dijo una vez que la vida es muy larga como para seguir tendiéndonos todo en cuenta. Apunté la frase y volví a leerla el otro día.

Es cierto que debemos aprender de los errores, y tenerlos en consideración, pero en algún momento tenemos que dejarlos marchar.

Al principio es complicado, ese pensamiento volverá acompañado de un sentimiento de culpa, por haberlo olvidado, por no pensar en ello, porque lo hemos "enterrado" en nuestro trastero...pero es necesario dejar marchar lo que nos duele. Y a partir de ahí, dejar de buscarlo, tanto en la vida real como dentro de nuestra cabeza. No es necesario. No te machaques mas. Será como un cliente molesto cuyas bromas ignoramos y  nos limitamos a servirle un café y a cobrárselo. Cada vez volverá con menos frecuencia porque verá que no nos agota, que no nos desquicia, que no nos altera. Y se aburrirá porque no conseguirá de nosotros lo que quiere. Pero es lo que hay.




Porque aquí llevas tu punto final. 







viernes, 7 de diciembre de 2018

No estás sola.



Te creo porque los he visto y escuchado: 
la broma con el formol, 
la palmadita en el culo 
y el corrillo pa que bailes. 

Te creo porque los he visto a las tres de la mañana 
desesperados por querer meterla. 
Te creo porque he visto cómo presumían 
después de follarte, 
los oí llamarte puta, 
los oí contar que eras una guarra. 

Te creo, 
te creo porque te matan. 
Cada día violan a una de las tuyas, 
las destrozan para siempre
y les importa una mierda. 

Te creo, pequeñita, te creo, 
porque denuncias 
y ellos echan la culpa
a tu falda corta, a tu escote, 
a que ibas provocando, 
a que habías bebido,  
a que no puedes ir sola por la calle. 

Cómo no voy a creerte, 
cómo, 
is he visto las marcas en tu cara, 
si te he visto llorar
por creer que el problema eras tú. 

Te creo
porque yo sentí el privilegio de ser hombre. 
Llenaron mis manos d epoder
y me pusieron una meta: 
<Tienes que ser alguien en la vida, 
casarte con una mujer que tenga hijos, 
ser capaz de mantenerla>. 

Creo cada palabra que sale de tu boca
porque tu silencio
ha sido la peor mentira
que te han impuesto. 

Te creo, 
claro que entiendo tu miedo, 
comparto tu grito
te sigo en tu lucha. 

Tienes una razón
y millones de corazones 
que bailan al son de la libertad. 
No estás sola, no, 
y si no me crees
mira las calles: 
lo que empezó siendo utopía
ahora
se ha convertido
en una revolución
llena de mujeres valientes. 



Ahora que ya bailas. 
Miguel Gane. 

martes, 27 de noviembre de 2018

La cama vacía 
y en la mente la necesidad de soñarlo todo.
De vivir desde fuera. 
De sentir sin que duela. 

No quieres ganar el mundo...
¿dónde lo guardarías?  
Al final todos estamos hechos de un poco de lo mismo 
Nieve derretida y polvo de estrellas. 

Y es mas bonito pensar en esos términos 
que en los de agua y barro. 
Porque la vida es lo que hacemos de ella. 
Lo que pensamos. 
En lo que ocupamos nuestra cabeza 
mientras estamos despiertos. 
(si es que no te has quedado sin tiempo).

Que sí, que sí. 
Que para dormir tendremos la eternidad. 
Pero que no me lo digan cuando mi frente reposa en el hueco
 que hace tu espalda cuando, dormido,  te tumbas de lado. 

Cuando puedo pasar la mano por tu cintura y
 sentir que estás vivo
que das el mismo calor 
con el que haces latir mi pecho. 

Cuando me muevo y espero expectante a que amanezcas. 
A que vuelva la vida en ti. 
Sin querer moverme para no romper el hechizo 
que supone que vuelvas a ser persona. 
Ver como nacen, de nuevo,  tus ganas de mi. 

Ya te he hablado de esto. 
Pero cómo resistirme a saborear en mi cabeza 
momentos tan placenteros, 
como lo son las camas contigo, 
sin sexo, cuando lo que abunda es el amor subsconsciente, 
el que nos lleva a despertarnos en mitad de la noche 
si sentimos al otro que se va. 
Almas que extrañan a sus complementarias...

Para dormir tenemos la eternidad, 
pero ver como tiras de mi hacia la cama
cuando por casualidad me encuentras vestida
me abrazas y te resistes a verme marchar

Que contrariedad, amor mío,
cuando todo esto existe,
tener que despertar sin ti. 



jueves, 22 de noviembre de 2018

Me sigo quedando conmigo.

Es sorprendente como hay personas que, por un simple mensaje, son capaces de saber que no estás bien, que necesitas ayuda y que te da vergüenza pedirla. Personas que notan, ya no por una pantalla, sino en el corazón que algo falla, y son capaces de quitarse el pijama calentito y salir a la calle por ti. Porque saben que, en ese momento, lo necesitas.

¿Qué estás haciendo? 

Y ya son conscientes de que en esas tres palabras se albergan un montón de sentimientos que se debaten por salir en torrente o no. 

Hay un personaje de mi serie preferida que es adicta. Y en uno de los capitulo habla de porque en la mayoría de las ocasiones es un manojo de nervios a punto de estallar, porqué habla y habla sin cesar, aun a costa de parecer ridícula, explica que le cuesta trabajo incluso coquetear en un bar, y es porque la droga lo hacía todo por ella.  La sensación de poder que le daba. De falsa sensación de seguridad dominaba su vida. 

Me sorprendió caer en la cuenta de todo lo que ocultan nuestros vicios. En algunos casos se trata de una personalidad exuberante, como la de un niño. Sin filtros. Con una copa te mantienes serena. Un cigarro te da tranquilidad, una pastilla te mantiene de humor para trabajar 10 horas seguidas en cualquier bar... 

Volviendo a lo que nos concierne... allí estábamos las dos, ella en pijama de unicornios y yo comiendo chucherías de azúcar de las que nunca como porque no me gustan. 

- ¿Crees que somos cíclicos? 
+ ¿Por qué? 
- El año pasado por estas fechas mi humor estaba muy similar al de ahora. 
+¿Cómo lo sabes? ¿Te acuerdas? 
- No, lo miré en mi diario. 
+ Entonces ya sabes dónde seguir mirando para ver cómo lo solucionaste. 

Dice Albert Espinosa (sí, me ha dado una época en la que estoy bebiendo de sus letras como si fuera agua en el desierto) que tenemos que hacer caso a nuestro yo mas antiguo. Él tomaba las decisiones con toda la información que disponía, se arriesgaba pese a no conocer las respuestas. Hay que dialogar con él, amar las decisiones que tomó, porque es quien nos ha llevado a ser lo que hoy somos. Hay que perdonarlo y decirle... me sigo quedando contigo. 



jueves, 15 de noviembre de 2018

Antigua oración irlandesa.

Tenemos tiempo para todo, menos para lo que nos hace felices, corremos atareados como el conejo en Alicia en el País de las Maravillas pero cuando alguien nos lo hace ver nos enfadamos, lo vemos como un vago, un holgazán.

Tiempo para todo menos para nosotros. Y así nos va, nos arrastramos por la vida como un gusano sobre el suelo, porque queremos llegar cuanto antes (a lo que podríamos preguntar ¿a dónde si no te has dignado a levantar la nariz de tus pies y mirar el horizonte? pero este es otro tema). Queremos, ansiamos, llegar cuanto antes... sin darnos cuenta que quizá, parándonos un momento, subiéndonos a un alto y haciendo un capullo (algo tan simple como el silencio) durante un tiempo, nuestro propio cuerpo nos regale unas alas que nos permitan hacer del camino algo,ya no más rápido, sino que merezca la pena. Porque al final todos daremos con nuestros huesos bajo tierra. Y cuando eso está cerca, lo único que hacemos es pedir mas. Mas tiempo. ¿Para qué? ¿Para seguir corriendo de un lado para otro mirando tu ombligo?

Hoy deberíamos parar y darnos tiempo...




Date tiempo para trabajar,
es el precio del triunfo.
Date tiempo para pensar,
es la fuente del crear.
Date tiempo para jugar,
es el secreto de la eterna juventud.
Date tiempo para leer,
es el fundamento de la sabiduría.
Date tiempo para ser amigo,
es el camino de la felicidad.
Date tiempo para soñar,
es atar tu careta a una estrella.
Date tiempo para amar y ser amado,
es el centro del Evangelio.
Date tiempo para mirar alrededor,
el día es muy corto para ser egoísta.
Date tiempo para reír,
es la música del alma.
Date tiempo para orar,
es la formula para encontrar a Dios.


martes, 13 de noviembre de 2018

Versos robados.

No pierdas esa serenidad regada de lagrimas secretas
ese placer por tu placer 
esa sonrisa tendida a los demás 
como una mano. 



No permitas que la vida te haga otra, 
menos atenta a los atardeceres, 
contable de favores, 
coleccionista de migas, 
madrugadora para nada. 

Que pase el tiempo pero no tus ganas. 


Que nada te frene las caderas, 
que sigas queriendo como quieres querer, 
con esa plenitud de luna en celo
con la furia feliz de las mareas. 


Que los años te acaricien como yo, 
torpes  y enamorados, 
que nada ni nadie te convenza 
de que vivir de verdad es vivir  equivocada. 


No vendas ese coraje sin puñales, 
ese paso de baile con tu sangre, 
esa magia de mujer hecha estrellas
ese cariño cotidiano por los tuyos
que va pariendo eternidades. 

No dejes de mover el mundo
como mueves las manos cuando hablas...


A cachos; Carlos Salem. 

jueves, 8 de noviembre de 2018

miércoles, 7 de noviembre de 2018




Tener la oportunidad de decirlo todo y quedarnos en nada. 
Sentir piel sobre la nuestra, resbalando. 
¿Quien eres? 
No lo sabrás hasta que mueras, 
y en ese instante no lo podrás arreglar. 

Todo te turba, te preocupa, te daña. 
Todo te importa demasiado. 
¿Quién dice cuándo es demasiado? 
¿Quien nos cree al decir que no podemos mas? 
Nos hacen un favor, o por el contrario 
nos hunden: depende...

De ti. 
Siempre siempre dependerá de ti. 
Porque tú pilotas. 
Y no entiendo la manía de mirar al frente en lugar de buscar 
a nuestro alrededor
una mirada cómplice que sea capaz 
de aliviar nuestras cargas. 
Esas que no queremos reconocer. 

¿Qué te han hecho? 
Y los ojos soñadores que llegué a sentir míos.
¿Dónde estás? 
Te vas lejos y no entiendo la huida.
Vienes de lejos, pero no has vuelto.
¿Por qué has terminado así?
Contéstame. Porque el mirarme al espejo y verte así me asusta. 
Me asusta tanto que he dejado de mirar escaparates, 
que no me interesan las luces
que la vida parece otra. 

Mas fría, menos fiera. 
Como una tarde cualquiera de miércoles. 
¿Qué nos habrán hecho los miércoles para que los ignoremos tanto? 


lunes, 5 de noviembre de 2018

Página 135.



- Por un lado me alegré de que no tuvieran que sobrevivirme. Al fin y al cabo, todos debemos morirnos; lo triste no es morir, sino no vivir intensamente. Creo que fue Mark Twain quien dijo que morimos a los veintisiete y nos entierran a los setenta y dos...

Pensé en lo que había dicho y tuve que replicar.

- Pero si pudiéramos estar bien...

Rió y ladeó la cabeza. No estaba muy de acuerdo.

- No, ésa es la excusa preferida de la mayoría de la gente para no pensar en la muerte. Esa frase resume una forma de comportarse que ni tan siquiera hemos creado. Nos han impuesto pensar así. 
No existen normas, no más que las que uno se marca dentro de si mismo

Sonaba tan parecido a aquel compañero de habitación... Me gustó volver a escuchar sus teorías en boca de otra persona.

ALBERT ESPINOSA. 
AMA TU CAOS

domingo, 4 de noviembre de 2018

Comparaciones balsámicas para heridas profundas.

Cuando era niña, leía sagas fantásticas en las que las protagonistas, mas que desenvainar una espada, corrían a la biblioteca a buscar soluciones. Me gustaban las aventuras en las que los problemas se solucionaban buscando en antiguos códices secretos en lenguas oscuras.


Veía esas heroínas de mi infancia, como por ejemplo Hermione Granger, que caminaba siempre con la cabeza metida entre los libros. Disfrutando del saber por el placer de saber.

Y yo pensaba que me gustaría ser alguien así. Rodeada de libros, del saber de otras generaciones, con soluciones que pasaran de manos en manos, abuelos a nietos, tíos a sobrinos... para poder descifrar los intrínsecos acertijos que tiene la vida.

Terminé estudiando derecho. Y el otro día durante un examen de derecho financiero me vi como había soñado. Consultado manuales y legislación de distintas materias. Escritas en lenguajes complicados y no accesibles para cualquier ciudadano a pie de calle... descubrí que puedes llegar a cumplir tus sueños sin que estos sean precisamente los que imaginas. Qué curioso. La época de mas sabiduría en nuestras vidas es directamente proporcional a la ingenuidad e inocencia que tenemos.

miércoles, 31 de octubre de 2018

¿Cuantos ramos de flores podrías regalar?

Dos personas sentadas frente por frente, en uno de sus lados la calle.
Olor a incienso y velas, música nada en concordancia con el olor o con la impresión de paz que intenta transmitir la decoración del local.
Un miércoles cualquiera de octubre, a las 11:00 de la mañana. Como cualquier otro miércoles mucha gente pasa por delante del escaparate del local cuyos cristales tienen unos murales que solo se ven desde fuera, opacando lo que hay dentro sin quitar luz a los que están en su interior y sin impedir a sus moradores que estén al tanto de todo lo que ocurre en la calle.
Muchas personas pasan por delante del local, como cada miércoles, la diferencia de este miércoles a otro cualquiera es que la mayoría de personas llevan ramos de flores cuya alegría desentona con el cielo gris. (A mi siempre me ha parecido que los grises tienen su encanto también).

Es día 31 de octubre. En el primer mundo nos encanta liar el taco cuando se acaban ciertos meses: 31 de agosto, depresión post-vacacional, 31 de octubre, halloween:  
sí, 
no, 
invento americano, 
fiestas del demonio 
¿porque no hay una procesión de la virgen del Pilar bajando a la orilla del misisipi? 
Día de los difuntos, 
ah no, que es de todos los Santos, 
¿pero los muertos también tenían un día no?;
 día 31 de diciembre, propósitos de año nuevo, voy a perder quince kilos, el gimnasio y me apunto a clases de cocina... Totá

Que aquí estábamos Tania y yo sentadas la una frente a la otra ese 31 de octubre.

- ¿Qué haces esta noche? - me miró detrás de su flequillo rosa recogido en una coleta.
- Pues nada en especial, hubo una época en la que usaba esta fecha como pretexto para ponerme lo mas estrafalario de mi armario y salir a la calle a beber chupitos.
- Hace años que no hago eso.
- Yo tampoco.
- ¿Cuando es que la gente va a los cementerios? - nos pregunta su jefa después de cerrar la puerta.
- Se supone que deberían ir el 2, día de los Difuntos. Sin embargo la gente aprovecha que mañana es fiesta. - contesto.

Nos quedamos calladas observando a la gente pasar.

- Qué triste es que solo les llevemos flores a nuestra gente cuando están muertos.

martes, 16 de octubre de 2018

El maravilloso poder de la queja.

Cuando hablamos de la queja inmediatamente se nos viene al cabeza "aquello que siempre y todos hacemos con continuidad". Todos nos quejamos, porque... cómo no vamos a hacerlo. Hay muchos motivos para quejarse. Infinidad de ellos. Lo que cada vez está mas claro es que las quejas afectan a nuestro cerebro, y pueden condicionar en gran parte la forma en que vivimos nuestra vida.





"Tengo que quejarme porque sino, reviento." 

Es una fantástica frase en todo, excepto en su veracidad. ¿Realmente quejarnos libera tensiones? Ante este punto podríamos recurrir al juego fácil y contestar que, por supuesto, quejarse te ayuda a verbalizar aquello que te está oprimiendo.

Sin embargo, encuentro poca explicación científica al hecho de que, simplemente por poner en palabras aquello que nos está incomodando, o molestando, vamos a dejar de sentir la molestia. sería tan ridículo como intentar hacer admitir a un médico que no lo necesitamos porque, expresando con voz clara dónde se encuentra nuestro dolor éste remite.

En el caso de que quejarte libere tus tensiones, eso no quita para que aumente la tensión del receptor de toda tu energía negativa. Cuando nos quejamos lo hacemos con gente de confianza, gente a la que consideramos nuestra, que se supone, nos quiere y ha de ser capaz de ponerse en nuestro lugar. El ser humano, aunque en ocasiones se empeñe en demostrar lo contrario, no es imbécil, y no buscará un destinatario de sus quejas que sea incapaz de desarrollar la empatia para consigo mismo. Buscamos alguien a nuestro nivel emociona que, aunque no esté sufriendo lo mismo que nosotros creemos sufrir, tenga la inventiva y la iniciativa suficiente para ponerse en nuestro lugar.

Esta persona que nos escucha en nuestra dolorosa queja nos está haciendo un flaco favor si, al terminar, no es capaz de encauzarnos en una dirección diferente al rumbo que ha tomado nuestra mente.

Si eres tú el receptor de las quejas, un ¿Qué vas a hacer para solucionarlo? o... ¿cómo te ayudo? Son frases que pueden provocar un cambio real en la dirección de nuestra conversación con dicha persona quejosa, así que, si vives con el complejo de inodoro apuntatelas y comienza a plantearte si esa es o no tu función vital, o al menos si quieres que lo sea.


"No me puedo quejar". 

Entre mis lecturas este verano se encontraba una muy interesante de un sacerdote llamado Carlos G. Vallés, en la que se abordaba el tema de la queja. En uno de los capítulos hace una exposición brillante sobre este tema. Explica incluso como, cuando a una persona le va irremediablemente bien, y su interlocutor lo sabe y negarlo sería una descarada patraña, con cierta humildad fingida dice "no me puedo quejar". Y esta afirmación la hace con un tono lastimero: "pobre de mi que no puedo quejarme, con lo que me gustaría".

Como si "mi caballo es mas grande que tu caballo" se hubiera trasladado al mundo de la queja, o fuera necesario tener grandes y hermosos motivos para quejarte y así, sentirte mejor contigo mismo. Porque claro, todo esto parte de que para que exista comunicación es necesario un receptor del emisor, descargar energía negativa hacia otra persona y otras formas de fastidiarlo sin querer... algo así como pedir que las nubes que empañan tu fin de semana se marchen al pueblo vecino y llueva allí.



"Es que no me entiendes"

¿Nunca habéis hablado con (o habéis sido)  un adolescente que se encuentra en un momento de histeria y lo único que hace es repetir esa frase? Cuando una persona empieza su perorata de quejas sin tener ninguna intención de proseguir la conversación, y lo cortas, inmediatamente tenderá a culpabilizarte de forma en que tú también te conviertas en un motivo de queja. "He ido a sincerarme contigo y a expresarte mi malestar pero tampoco tú me entiendes, tengo la peor (inserte nombre de la relación en cuestión) del mundo".

Todos estos son ejemplos burdos del daño que nos hacemos y hacemos a los demás cuando nos quejamos, o que nos hacemos a nosotros mismos cuando soportamos quejas injustificadas.
Darle un respiro a nuestro cerebro de vez en cuando y ser consciente de que todo lo que nos rodea quizás no es el problema, sino que el problema lo generamos nosotros puede ser algo muy útil para nosotros mismos.

Quedarse estancado o morir ¿? Ser consciente del cambio y tener miedo o continuar en nuestra zona de confort ¿?

Por último voy a mi preferida "Es que la vida me trata mal" 

Perdona, compañer@, la vida te trata como nos trata a todos, es cierto que encontramos muchos obstáculos en nuestro camino, sí. Pero tú sabrás si todos te los tomas como algo personal, los metes en tu mochila y los vas cargando o simplemente decides dejarlos al margen del camino y continuar, o incluso usarlos como asiento para descansar de vez en cuando, y así que te de tiempo a pensar cómo vas a dar el paso siguiente.

Cuando pensabas que tenías todas las respuestas, la vida te cambia todas las preguntas.Como me dijeron una vez en una playa atestada de gente: "bienvenida la vida adulta". Esta es la vida. Eres libre de hacer con ella lo que quieras. Puedes amargarte, verlo todo como algo que no tiene solución. Agobiarte. Conformarte con menos, hacerte pajas mentales sobre lo que debería ser (solo porque tú lo quieres así) y lo que es.

Pero eso no es ser adulto. Es ser un crío. Sé que en las noches de tormenta a todos nos apetece apretujarnos contra el regazo de nuestras madres y sentirnos protegidos, pero tuvimos bola extra al pasar nuestros primeros 9 meses de existencia y otros tantos de vida en brazos. Ahora toca ponerse en pie, aunque tambaleemos, y empezar a dar pasitos, aunque nos caigamos.





Y sobre todo, comencemos a ser realistas, quizá un gato no pueda convertirse en un león, pero un león no es más que un gato orgulloso de serlo. Y quizás tú no hayas nacido en las condiciones que según tú considerarías mas idóneas para ser feliz, pero estás aquí, estás vivo hoy. Da gracias y empieza a disfrutar. Porque aunque hubieras nacido rico y famoso el tedio de tenerlo todo también te alcanzaría ¿Cuánta gente insatisfecha vaga por el mundo pidiendo un poco mas de algo pese a tenerlo todo?  ¿Quieres ser diferente o sucumbir al maravilloso poder de la queja?

It´s up to you. 
Y es que todo tu ánimo, y toda felicidad depende de ti. 
La vida es lo que hacemos de ella, haz que sea maravillosa. 








lunes, 15 de octubre de 2018

La familia.

 Cuando era niña marta se quejaba de que, al morir el tío de su padre, con el que nunca tuvo buena relación,  con su padre, no con el tío de este (al cual no conoció). Su madre le expuso los motivos por los que tenía que estar apenada. Era una persona de la familia, que había fallecido. Que ademas era tío de su familia mas cercana (su padre). Que debía empatizar con él y entender que estuviera triste. Que había que sentirlo.  Marta no entendía como le obligaban a llorar por la muerte de alguien que no conocía, y mas allá de eso. Le hacían sentir mala persona si se atrevía a decir algo que diera a entender que había existido esa conversación entre su madre y ella.

El padre de Jaime le obligaba,desde niño, a darle besos a su tía. Incluso cuando ella se portaba mal con él, se quejaba de que hacía ruido por querer jugar con sus coches, o afirmaba que "al niño le faltaban dos mareas" cuando se quedaba mirando ensimismado el brillo de las copas de la mesa en Navidad durante la cena. Le molestaba su risa, demasiado estruendosa según ella, y su imaginación que lo llevaba mas de una vez a chocarse con algún mueble que no tenía cabida en sus realidades mágicas. Jaime sabía que su tía no lo quería, ni él la quería a ella. Pero su padre le obligaba religiosamente a darle un beso y a contestar a los vacíos "te quiero" con un "y yo".

Elena notaba que su tío, cuando no estaban sus padres, la miraba raro, se acercaba mucho a su cara y se quejaba si no se sentaba en sus rodillas y le decía que era su preferido. Y cuando una vez fue a quejarse a su madre, ella le dijo que eran imaginaciones suyas, que no fuera maleducada.  Que era de la familia y seguro que hacia esas cosas porque la quería mucho. Que lo estaba malinterpretando todo. Que a la familia hay que quererla.

Como esos  nombres hay muchos, incluso la que escribe tiene algunas historias que piensa dejar en la memoria, pero que me llevan a ser consciente del agobio al que sometemos  a los niños para "quedar bien" con la "familia". Sin darnos cuenta de que la idea medieval de la familia que corresponde a los lazos de sangre quizás esté un poco mal enfocada. Muchas veces, dentro de las personas con las que estamos relacionados consanguineamente hay gente a la que no podemos considerar nuestra familia. Gente mala. Gente que nos hace daño. Incluso queriendo. Me resisto a pensar que eso es familia.

Familia es de quien te acuerdas cuando no puedes dormir. Son las personas que te vienen a la cabeza cuando te pasa algo bueno que te hace feliz y quieres compartir la dicha. Son las personas por las que, cuando las ves por sorpresa, se te acelera el pulso y tu corazón comienza a latir como diciendo ¡eh, ahí está parte de mí! y sabes que se trata del corazón del de enfrente.

Familia es aquella que te ama. A la que amas. Sin exigencias ni miedos, sin rencores ni pasados. Familia es quien está aquí ahora, en este momento de tu vida. Los que se fueron, atrás quedaron, los que no te quisieron ya no importan y los que te hacen sentir mal, déjalos marchar. Porque la familia es la que te cuida cuando tu misma no puedes levantarte de la cama, ya sea porque tu cuerpo no te deja, ya sea porque es tu alma la que pesa. La que mataría por ti. Por las que irías a la cárcel. La familia no te impone un amor que no quieres recibir. Ni te obliga a dar besos o abrazos cuando no te salen.

Y obligar a los niños, a los jóvenes o incluso a los adultos a tratar como familia a extraños a los que no sienten así simplemente porque se encuentran ligados a ellos por un azar de la genetica es mezquino. Y no debería dejarnos dormir con la conciencia tranquila hacer algo así. Porque el amor no se fuerza. El amor no se controla, ni se domina. El amor es. Fluye como lo hace un torrente.


"No se puede frenar un rayo". Ni tampoco obligar a alguien a llamar a nadie papá.


jueves, 11 de octubre de 2018

El tiempo.

La medida de la vida, lo que nos trae a todos de cabeza. La forma de contabilizar nuestros momentos.

Hay algo curioso en él. La gente lo contabiliza de distintas maneras en función de las cosas que esté viviendo o de la forma que quiera vivir. Así pues un litro es 1 litro, 100 centilitros o 1000 mililitros en función de la cantidad que midamos. Como los miligramos de droga. Siempre me ha resultado muy dificil entender porqué un kilogramo de cocaína es tan valioso, nunca he sido capaz de convertir ese kilogramo en dosis. Sin embargo, con los macarrones sé que un kilogramo me permitirá cocinar para 9 personas que coman poco o para 7 gorditos. Pero este es otro tema. 




En el ultimo libro que ha saltado a mis brazos de la biblioteca publica: Los secretos que jamás te contaron, habla de que la medida de tiempo ideal es un día. Hacer mas planes, contabilizar en periodos de tiempo superior a esos lienzos en blanco es una falacia, una autentica perdida de energía. Cuando la gente sufre, los días parecen eras. Sin embargo, el joven verano de los bachilleres pasa volando. 

Hace poco mas de un año me daban una noticia que me partía en dos. Y la única forma de paliar la ansiedad que me corroía el pecho por la incertidumbre de no saber fue bloquear mi futuro. Algún día estaría rota, pero no hoy, porque aun no había pasado. Y solo tenía este momento que estoy respirando, y no pensaba dejar a mi mente ganar. 

Aun cuando el futuro se me antojaba negro, conseguí volver a reír.

Todos medimos el tiempo de forma diferente. Los padres primerizos cuentan el tiempo en semanas de gestación o de vida del infante. Los primeros amores se miden en meses y los matrimonios largos celebran los años. 

Yo hoy estoy de celebración. Conmigo misma. Con él. Con el mundo. Llevo 665 días de celebración.
Hoy hace 15960 horas de aquel momento en el que me atreví a plantarle cara a un gigante que siempre me había dado miedo: abrir el corazón. Decir la verdad delante de alguien que me importaba. 



Realmente fue un atraco a mano armada. Acoso y derribo. 
"Tienes que dejar de hacer lo que se supone que estás haciendo. Porque quiero mas, y es normal que tu no quieras, pero vamos a terminar enredados. Y quiero mas."

Creo que algo así gritaba mi corazón aquel día. No recuerdo lo que salió de mi boca. He hecho memoria a base de contar la historia a medias con el otro protagonista. Y es que las historias de amor no pueden tener un solo narrador. Te pierdes la otra mitad. Te pierdes la otra forma de contar el tiempo, 1 año y 10 meses.... 88 semanas... 

Podríamos rebelarnos, contar el tiempo en cervezas con los amigos. En buenos libros leídos, en canciones escuchadas, en series vistas. En desayunos con tu familia, en cafés en tu hogar. En ramos de flores enviadas cualquier día sin ninguna razón. En "te quieros", en "te echo de menos", en "estoy orgullosa de ti". 

Y al final lo importante no es cuánto hemos dejado atrás, sino qué hacemos con las únicas 24 horas que deberían preocuparnos, las de hoy. ¿Qué forma voy a inventarme hoy para decirte que te quiero? ¿Para que sientas mi abrazo? ¿Para contagiarte mi alegría por estar vivo? ¿Para darte las gracias este día por la vida que me regalas? 

Para que sepas... que solo tú serás tú. 
Y tu mejor versión de ti mismo es la de hoy. 





sábado, 6 de octubre de 2018

La memoria de la Lavanda.

¿Cómo puede una persona sentir tanto por todos los demás? 


"Lola tenía razón. Es mentira que todas las muertes nos duelan por igual. O que todas las vidas valgan lo mismo. Puede sonar horrible pero la verdad suele presentarse atronadora. Igual que es falso que las madres quieran a todos sus hijos por igual, o que olviden el dolor del parto cuando ven la cara del bebé que le a provocado mas desgarros que la propia vida. Otra cosa muy distinta es la hipocresía que pasa de generación en generación. Nos hemos acostumbrado a vivir con una colección
de farsas que asumimos como reglas de oro".

martes, 2 de octubre de 2018

Rutinas.


¿Hasta qué punto estas orgulloso de la tuya? 


¿Quien decide lo que tenemos que hacer? 
No se hasta qué punto uno mismo es dueño de su propia vida, de sus tiempos, de sus silencios. Nos vemos demasiado arrastrados por el ritmo que nos lleva en el que las horas están puestas, en su mayoría, por los demás. 
Cuando eras niño pensabas como un niño y sentías como un niño... y tus tutores marcaban tu ritmo. 
Colegio, almuerzo, estudio, merienda, cena, cama. 
Y vuelta a empezar. 
Cuando eres adulto si alguien organiza tu rutina te aseguro que no te quiere tanto como te quisieron tus primeras agendas, tus padres. 
Ahora todo lo que importa es cuan productivo puedas ser. 
Cuántos beneficios podemos sacar de ti. 
Incluso en tus citas... te das cuenta de que valoras a la gente por las repercusiones positivas que pueden tener sobre ti, y esto no está del todo mal siempre y cuando seamos también generosos con nuestro tiempo. 

¿Si fueras a morir esta noche al entrar en la cama... te gustaría lo que tienes programado para el día de hoy o lo cambiarías? 

lunes, 1 de octubre de 2018

Querer.

Estábamos sudando, por alguna razón el aire acondicionado no funcionaba pese a ser las 21:00 y estar en un sitio donde no llegaba la luz del sol. El profesor de baile decidió hacer el descanso que le permitía acercarse a uno u dos muchachos e intentar conseguir unas risas y algún  coqueteo inocente que le permitiría sacar a bailar a esos alumnos en la pista de arriba, cuando todos estuvieran mirando. No había nada peor que un histrión con aires de protagonista. Me llegaron ecos de una conversación de una pareja que charlaba cerca.

+...intentando no liarla mas veces.
- No sé cuantas veces te he escuchado decir eso.
+ Estoy en una continua batalla contra mi misma. Pero es difícil, soy una ardua contrincante. Me saboteo la mayoría de las veces.
- Me haces reír.
+ En serio, es como el botón de autodestrucción. Todo va bien y pareciera que algo dentro de ti dice... "demasiado bien... toca cagarla".
-  Eres imposible.

El chico se quedó mirando a la chavala fijamente mientras ella se colocaba por segunda vez la hebilla del zapato, estaba claro que se encontraba embelesado por su nariz con pecas y sus largas pestañas, sin embargo ella no parecía notarlo.

Cuanta gente amará a otra en secreto, cuanta gente lo hará sin ser correspondida. Y cuanta gente se corresponderá tímidamente en secreto sin tener el valor nunca para decirse mas de tres palabras. No se necesita mucho mas para declararse a alguien.

En ese momento ella tendió la mano para levantarse del suelo tras martirizar la correa de su sandalia y el la atrajo hacia sí durante unos segundos mas de lo políticamente

  correcto. Se miraron de forma tan intensa que no escucharon las palmadas del profesor que nos
llamaban a volver a mover las caderas. Y pensé que quizás, en ocasiones, para declararse ni siquiera había que abrir la boca.




miércoles, 26 de septiembre de 2018

Porque soy dura sigo en pie.

- ¿Qué piensas?
+ Que eres muy dura.
- ¿Dura?
+ Sí, demasiado dura, y tus dosis de realismo que tornan a negatividad son pisotones para los que te rodean.

La miré con calma. Intentando no chillar. No me consideraba dura, y si lo era ¿Qué cojones? Había cambiado toda mi personalidad por ser quien era, pero no podía perder mi esencia. Y aunque ésta no fuera mi esencia... ¿Por qué era tan malo decir las cosas claras? Yo había aprendido a base de jarros de agua fría. De dosis de realidad, lo cual me parecía una fantástica forma de enterarte de lo que pasa a tu alrededor, o de lo que piensa la gente de ti. Es jodido, sí. Hace daño... en ocasiones también. Pero así sabes a qué atenerte. Así sabes qué esperar y qué no.

No creces imaginando un futuro ideal en un lugar con una persona. Creces cuando esa persona se va y te quedas arreglando tu mierda y echando de menos de forma impuesta. Y decides seguir, y no engañarte mas. Y darte dosis muy duras de realidad, de forma en que no puedas pensar que te cuesta respirar si profundizas en ese mundo del... "ojalá". Porque los "ojalá" el positivismo que no comprenda de pros y contras, de beneficios y perdidas, de gastos e ingresos... no vale para nada.

Cuando te das cuenta te has desplumado a ti mismo. Estás sin blanca. Te joden. Y los acreedores se te echan encima... Y en lugar de ir a un banco y pedir un préstamo te remangas y buscas un curro que permita sacar a flote la gran inversión que tienes entre manos.

Tarde lo que tarde, cueste lo que cueste. 

Aunque la conversaciones no vayan sobre ti, aunque no te pregunten cómo estas. Aunque no te salga la voz porque temes quebrarte con ella, empezar a llorar y no parar nunca.
Te has llevado los golpes a pares. ¿En un costado? tienes dos, las piernas no las sientes de lo veloz que intentas correr, los brazos están llenos de magulladuras como para que una mas incida en tu ánimo. Soportas el universo que amenaza con desmoronarse, mantienes erguido el lomo. Sonríes.


Y cuando llegas de nuevo arriba, cuando de  nuevo vuelves a estar donde querías, miras atrás y das gracias por todas las veces que fueron duros contigo, y te dijeron las cosas claras. y te hicieron mas fuerte. Y descubres que sobreviviste. 

lunes, 17 de septiembre de 2018

Lunes de septiembre.

Ropa limpia, mochilas llenas, despertadores temprano, nuevos proyectos, inicio de curso... septiembre. Miles de millones de oportunidades que están deseando abordarnos y hacernos crecer.
Emoción, nervios, incertidumbre, agobio, rechazo, ansiedad... este momento (mes) puede provocarnos emociones completamente diferentes... pero me quedo con lo bueno.

Me quedo con las sonrisas de los reencuentros después de pasar un verano tomando el sol. Con la alegría de dos niños que vuelven a jugar al fútbol en los recreos, con las extraescolares... ¿Qué haremos este año? Volvemos a los bocatas de chope, de chorizo o de paté.  En las aulas huele a libros nuevos, a lapices recién afilados y al plástico de las mochilas aun sin estrenar; en las oficinas los adultos están mas morenos, estrenan agendas o calendarios... otra vuelta a la noria (como si de enero se tratase) comenzamos nuevo curso escolar. De nuevo lunes, y la ciudad despierta.

Sin embargo este año no se me quita algo de la cabeza... caras. Caras de personas que no he visto y no puedo llegar a imaginar. De niños que no sabrán nunca lo que es estrenar estuche y mochila a juego. De adultos que no se quejarán de volver de vacaciones porque no saben lo que significa esa palabra. De bebés que no llorarán a las puertas de las guarderías cuando su padres los dejen en las mismas para ir a trabajar.

De gente sin voz. Gente que no existe para el atareado mundo rico... gente que pareciera que no merece nuestra atención. Y es que estos inicios de curso, llenos de planteamientos de mejora y cambios en nuestra vida (llevar las cosas al día, dormir 8 horas, volver al gimnasio...) deberían utilizarse también en tomar opciones libres y decididas ha hacer de este mundo algo mejor, aunque sea un poco, un poco menos injusto, un poco mas caritativo, un poco mas alegre, un poco menos superficial... y es que aunque el cambio no está en los actos sino en el ser (porque todo empieza por lo que eres) quizás es necesario empezar a tomar decisiones, la de ser un poco mas solidarios, mas justos, mas alegres, mas profundos... y que eso se materialice en actos concretos.

((Hacer un voluntariado, comprometerse con una causa social, donar sangre/juguetes/ropa/alimentos cuando se hagan campañas de recogida, ir a ayudar a un comedor social, colaborar con el banco de alimentos, con cáritas, con asociaciones, ONG´s... o si eres pobre en tiempo y felicidad... también hay sitio para ti en el mundo de la solidaridad, puedes dar tu dinero. ))


Nuestro mundo, nuestro nuevo curso y nuestra vida, serán lo que hagamos de ellos. En ti está hacer que sea genial solo para ti, o también para el resto.





martes, 11 de septiembre de 2018

Si, no, tal vez.

Respuestas que pueden marcar la diferencia a preguntas sencillas.

No te importa, me es indiferente tu vida, no me gustaría mantener el contacto contigo.

Respuestas que también pueden marcar la diferencia a preguntas sencillas. ¿Por qué las primeras nos resultan mas fáciles de decir que las segundas? Esta bien... son monosílabos, respuestas cortas que no condicionan en sobremanera, que dan pie a una explicación. Sin embargo las segundas no dejan lugar a nada mas.



En dos ocasiones de mi vida  fui consciente de que tuve ONG´S a mi cargo. Que yo las dirigía, las sufragaba, peleaba para que sobrevivieran, dieran fruto. Estas ONG´s de las que hablo eran dos personas. En una comedia romántica los habríamos llamado "los de la friendzone". Pero esto es la vida real y lo real era que mas que ONG´s eran pozos sin fondo.

Pozos donde tiraba constantemente mi energía, mis ganas de vivir, mi alegría. Yo tenía que estar para esos pozos sin fondo, sin embargo solo recibía carga negativa y deseos frustrados de un intento de acercamiento amoroso. Expectativas depositadas sobre mi como una losa que no somos capaces de levantar y nos deja atrapados bajo el alcantarillado.

¿Hasta que punto tuve que aguantar para ser capaz de expresar que ya no podía más? Qué estaba cansada de dar un 100% de mí para recibir un 110% de negatividad...

Evidentemente aquello no fue algo fácil. Hubo millones de reproches, "después de perro; apaleao". Pero quizás, en esto tan complicado a lo que llamamos vida, podríamos jugar mejor nuestras cartas y hacerlo todo mas sencillo con algunas respuestas un tanto mas.... complejas.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Trabajar desde casa.

La idea de trabajar desde casa a través de nuestros ordenadores cada vez gana mas popularidad entre los habitantes de este lugar llamado mundo.

Sin embargo, es complicado habituarse a una serie de condicionantes que no valoramos al trabajar fuera de nuestra casa. Si tenemos que salir de casa para trabajar por lo general adquirimos una serie de hábitos que son beneficiosos para nuestra salud.

Por ejemplo, un día normal suena el despertador, te levantas, desayunas, te duchas, te lavas los dientes, te vistes, es posible que te eches crema, te afeites o te maquilles, y cuando acabes ese ritual salgas a la calle para llegar a un tiempo determinado al trabajo. Entras, te relacionas con otros compañeros que tienen puestos similares al tuyo (o no) y trabajas.

Para una persona que trabaje desde casa ese periodo de 1h que dedicamos a desayunar y asearnos puede quedar reducido a: te suena el despertador, remoloneas porque no te has puesto una hora fija para trabajar, te quedas en la cama, cuando te levantas a las dos horas te asalta un remordimiento de conciencia porque es tarde, por lo que te levantas apresurado, te echas un café recalentado en el microondas y te sientas delante (normalmente) de tu ordenador. Cuando llegas sientes la necesidad de decirle al mundo... "buenos días, ya estoy aquí una mañana mas" y entras en fb para materializarlo. Ya tenemos los primeros 20 min del día perdidos (otra vez).

Cuando te pones a hacer algo productivo te encuentras con que son las 11:28 de la mañana y que tu creatividad está tan muerta como las algas que llegan a las playas desde el mar. Y aquí puede empezar un hermoso camino de divagación sobre tus ultimas vacaciones, y lo bonita que era la casa, y lo desordenada que está la tuya, porque claro, no tienes tiempo para nada, y tu (inserte nombre aleatorio de compañero de piso: pareja, hijos, hermanos, mascota) no valora la limpieza tanto como tú y acabas con ganas de salir corriendo.

No sabemos cuanto impacto puede tener a largo plazo trabajar desde el hogar dulce hogar, sobre todo cuando por razones de espacio no tienes un despacho fijo, o algo parecido. Lo que si está claro es que hay una serie de reglas que no podemos dejar de tener en mente si nos aventuramos en esta nueva odisea.

Tus horarios: 

Como hija de autónoma he comprobado de primera mano la veracidad de la frase que dice: "los autónomos nunca descasan". Sin embargo, todo el que trabaja en casa ya no es autónomo, y aunque lo fuera, hay que priorizar, trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar.

Esto me lleva a hacer una apreciación: es posible que no hagas una gran fortuna de aquí a que acabe tu vida a no ser que

a) te toque la lotería (suerte con eso, o al menos intenta no arruinarte comprando los cupones)
b) una herencia tan desorbitada que te quede algo cuando hacienda se lleve su parte.
c) Inesperadamente se te ocurra una idea increíble, seas capaz de desarrollarla, hacerla factible y vendersela a una multinacional.

Pero, seamos sinceros, mejor hacernos a la idea de que lo que cuenta no son las cosas que acumulamos en vida, sino como vivimos nuestra vida, y hacernos a la idea de que menos es mas es una de los grandes avances de la mente humana.

Continuando con los horarios; hay que marcar unas horas en las que seamos productivos. Para ello hay que preguntarse una serie de cosas ¿Qué jornada quieres echar?  Porque quizás tu ideal de trabajo es de 6 horas y media al día y, si estas empezando, puede que no sea una buena idea un horizonte tan bajo, ¿Cuando eres mas productivo? no sirve de nada que te levantes a las 5 de la mañana para acabar a las 14:00 cuando las 4 primeras horas vas a estar como un zombie aporreando el teclado. Tira de tu etapa de estudiante, eras de los que se quedaban hasta tarde la noche antes del examen estudiando, o de los que sabían que eso era perder el tiempo y se levantaban mas temprano para repasar ¿?  Puede que eso te ayude a saber en qué momento del día serás mas útil para ti mismo y tu negocio. O es posible que tengas una gran familia y quieras adaptar tus horarios a los suyos para pasar tiempo con ellos. Adelante, eres libre. Siempre y cuando no:


  • Te saltes tus horas de trabajo. 
  • Respetes tu tiempo de descanso. 
  • Las horas que uses en trabajar realmente se centren en trabajar y no en bucear por el misterioso y adictivo mundo de las redes sociales. 

Tu espacio. 

Cuando trabajas en una oficina has de ser consciente de un factor que quizás no asimilamos. Hay limpiadores, y cuando tu terminas tu trabajo comienza el suyo. Por si no lo sabías estos trabajadores tienen la tarea de limpiar tu mierda cuando no estás, de forma en que tengas un espacio de trabajo (sino ordenado) al menos limpio, y que no se acumule el polvo en los archivadores y el aire sea respirable. 

Puede ser que tengas un despacho móvil en tu casa, que a ratos trabajes en la mesa de la cocina y que luego desplaces el portátil al salón, o puede que trabajes mejor en la mesa de la terraza. Sin embargo, tener varias zonas susceptibles de ser tu despacho no solo le da al cerebro la idea de inestabilidad sino que te impide ver realmente la mierda que se acumula a tu alrededor, tendremos siempre una vía alternativa a ponernos a limpiar, si la cocina está sucia seguro que el salón está un poco mas recogido, nos dirá nuestro perezoso interior, de forma que huiremos del problema, la suciedad, en lugar de encargarnos de ella. Incluso cuando tenemos un despacho propio en una habitación con puerta incluida, sentimos la necesidad de huir del problema.

Lo que tienes que entender es que tu hogar sigue siendo tu hogar y el hecho de que trabajes en él no te da la excusa perfecta para dejar abandonada su limpieza. 

  • Mantén tus cosas ordenadas. 
  • Limpia a fondo tu espacio de trabajo al menos una vez por semana. 
  • No dejes que se acumule la basura en tu mesa. 
  • Puedes incluir la limpieza de tu zona de trabajo dentro de tus horarios pre-establecidos de forma en que, por ejemplo, el miércoles de las x horas de trabajo que te planifiques, la ultima o la primera hora y media sean de limpieza general. 

Tú.

El hecho de que nadie te vea trabajar desde tu casa, o que en tu casa no tengas, por ejemplo, la costumbre de vestirte o calzarte los pies, puede suponer la perdida total de tu imagen corporal. Cada cual dentro de su estilo todos seguimos (espero que sea así) una serie de reglas básicas, como por ejemplo: después de darse una ducha nadie se pone la misma ropa interior sucia que acaba de quitarse, creo que todos tendemos a optar por una prenda limpia. O antes de salir de casa para el trabajo nos lavamos los dientes.

Si trabajamos desde casa podemos optar en el... nadie me ve, nadie va a olerme el aliento, en cualquier momento tomaré un te, no es necesario lavarme los dientes. De esta forma tendemos a ir, cada vez mas, descuidando nuestra imagen corporal, por lo que al mirarnos a un espejo no veremos a la persona llena de potencial que solemos imaginar, sino a una persona parecida a un estudiante un domingo de exámenes con resaca. Mala cara, mal aliento, posiblemente un chándal o algo parecido, unos calcetines y unas chanclas, todo junto.

¿De verdad hay alguien en el mundo que no sea consciente de que lo que vemos en un espejo al mirarnos dice mucho de nosotros mismos?  Según lo que veamos podemos sentirnos de una forma u otra.

Si vas a una entrevista de trabajo vestido como una persona seria, responsable, formal, elegante te sentirás mucho mejor que si apareces con un chándal y el pelo sucio. De hecho, la otra persona verá de ti lo que le muestres, al igual que te juzgará por tu aspecto. En este tema es muy similar. Para por un momento e imagina verte desde fuera, sin un espejo, mírate como si fueras google maps, girate sobre tu eje y dime qué pensarías de ti si no fueras tú.

Quitando los desajustes de autoestima y falsa modestia... quizás veas a una persona atractiva, quizás no, quizás veas a alguien que necesita cuidarse un poco, hacer algo mas de ejercicio, asegurarse de que su ropa está limpia, quizás veas a alguien pulcro o a un autentico desaseado. Este ejercicio lo hace tu subconsciente por ti continuamente, cada vez que te reflejas en un espejo, le envía señales a tu cerebro sobre lo que ve, y así te sientes. Nuestra imagen, nuestra marca personal, es muy importante en nuestra vida laboral, quizá demasiado.

Así pues, toma conciencia de cómo te muestras a ti mismo y cómo eso te hace sentir y recuerda...

  • No descuides tu rutina personal, aséate como si fueras a salir a la calle. 
  • Usa ropa cómoda pero bonita durante tus horas de trabajo, cuando termines, cámbiate. 
  • Mantente alejado de hábitos que no harías en la oficina de tener a tu jefe detrás observándote, no pares cada 15 minutos para fumarte un cigarro, no bebas en tus horas de trabajo, cuida tu postura (tu espalda lo agradecerá). 
  • No temas mirarte al espejo antes de trabajar y admirar el buen aspecto que tienes y lo bien que te sientes contigo mismo. 

Ante todo, lo mas importante es sentirte útil, activo y con una meta clara. Y... si aun no te has decidido a hacerlo pero es un paso que quieres dar, aquí tienes una guía que puede servirte de ayuda, ¡ánimo y adelante!

jueves, 30 de agosto de 2018

Conocerse o morir.

Una noche en una ciudad de España. Una terraza cualquiera y dos amigas sentadas con sendos vasos de cerveza. Habían terminado una botella de vino hablando de temas del corazón. Y como les encantaba ir por derroteros diferentes, entremezclaban conversaciones tirando del hilo para llevarla cada una a su terreno.

Inesperadamente salió una frase "vale, describete en tres palabras". Ante una de ellas contestó tres adjetivos sobre la marcha y la otra permaneció callada. Sin saber qué decir. Siendo consciente de que nunca se había parado a describirse en tres palabras. Que era algo que hacía mucho tiempo tenía en su lista de cosas pendientes.

A raíz de estas dos amigas me paro a pensar en la de personas que han intentado, a lo largo de años y años conocerse con poco éxito. O incluso las que no lo entienden como una prioridad indispensable para el ser humano. Gente que pasa por su vida sin saber quien es. Gente que no se da cuenta de que la vida no se puede vivir al 100% sin ser consciente de quienes somos. De qué cualidades, qué condiciones albergan nuestros corazones.

¿Cómo es nuestra alma? 


Desde el principio del raciocinio lógico el ser humano ha pretendido darse explicaciones para preguntas que nos atormentaban a todos incluso a día de hoy. ¿Quién soy yo? ¿Por qué estamos aquí? ¿Hay una fuerza creadora o simplemente somos producto de una serie de casualidades? (demasiadas casualidades han tenido que darse, ¿no crees?). 

Los pocos que han sido capaces de responder a estas incógnitas, aunque fuera parcialmente, han tenido vidas llenas de plenitud. De felicidad interior. Vidas que no han necesitado un éxito visible para otras personas porque han vivido para ellos mismos, pero no de una forma egocéntrica, han vivido siendo consciente de que son lo más importante que tienen. Gracias a un alma "sana", un alma consciente de quien es, pueden relacionarse con otras personas. Pueden vivir. Y a partir de que viven, son capaces de darse a los demás, son capaces de amar a otras personas, de relacionarse con ellas marcando la diferencia con otros seres humanos, son capaces de cambiar el mundo (pero este es otro tema). 

Es parecido al adolescente que crece y una vez adulto se da cuenta de que es mortal. Que tiene que cuidar su cuerpo porque es la única forma conocida que tiene de estar en el mundo. 

Porque no lo olvidemos:      No tenemos un alma, somos un alma, tenemos un cuerpo

Y es precisamente a raíz de ser consciente de este descubrimiento cuando inevitablemente ha de nacer en la persona una inquietud por sí misma. Una sana pasión por descubrirse, por saber quien es, cómo siente, qué le gusta, qué no le gusta. Y de este ultimo aspecto nacerá la conciencia de la necesidad de transformación, pero esto también es otro tema. 

Un tema que no puede llegar de no ser porque estemos dispuestos a aventurarnos en el autentico desafío de conocernos a nosotros mismos. De enamorarnos poco a poco de quienes somos, de sentir fascinación por las cosas que nos hacen vibrar, de las cosas que nos excitan, de las cosas que nos producen rechazo, de lo que nos da placer y de lo que se clava entre nuestras costillas como un punzón. Y no nos equivoquemos, este proceso no termina nunca, servidora aun no tiene muy claro muchas veces como continuar, cómo indagarse. Sin embargo siempre me ha gustado probar distintos métodos. 

Uno de ellos ha sido aquel de responder las mismas preguntas en diferentes momentos de mivida, de hecho recientemente he encontrado un aplicación que trata sobre eso. Te hacen una pregunta diaria que puedes responder o no, después de un año las preguntas se repetirán y te mostraran qué contestaste el año anterior. De forma en que quizás, cuando pasen 3 o 4 años podrías descubrir un patrón sobre ti mismo. Sin embargo, es posible que para ese entonces te hayas aburrido... además, ¿imaginas poder obtener un patrón? en algunas cosas estaría bien, pero en otras... significaría que llevas años actuando de la misma forma sin dar lugar a tu crecimiento...

"El cambio es lo único constante en nuestras vidas", es cierto, y quizás hacía años odiaba el coco pero de repente lo como un día cualquiera por equivocación y descubro que me da la vida y cómo pude estar tantos años renunciando a algo que estaba tan tremendamente bueno. (No es mi caso, muerte al coco)

En cuanto al maravilloso mundo de preguntarse a uno mismo, creo firmemente que es de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. Gracias a las preguntas nos hacemos pensar. Conseguimos un esbozo de nuestra forma de ser y aunque esta cambie seremos capaces de reconocer nuestra esencia. Sí, tu también tienes de eso.

Bicheando por el maravilloso mundo de internet (JÁ) para escribir esto que ahora tú estás leyendo he encontrado numerosas páginas que presentaban una serie de preguntas para conocerte. He probado a hacer algunas, evidentemente esto ha llevado un cierto tiempo y una capacidad de silencio personal que no todos tenemos desarrollada (yo tampoco, por eso, en mi caso, puse música y encendí una vela).

En primer lugar me dediqué ha hacer un test de autoconocimiento, sin embargo, resultó parco en las preguntas y exigió un nivel de esfuerzo de un test de una revista para adolescentes. Menos mal que constaba de 30 preguntas. No está mal para echar unas risas o calentar motores.

Después, mi segunda incursión fue en un mundillo llamado "coaching", 20 preguntas supuestamente útiles para el conocimiento del "cliente" (oh, de verdad llamamos así a las personas) y su capacidad de mejoría y cambio en cuanto a sus interacciones sociales. Es decir, si eres un recién graduado en cualquier carrera en el ámbito empresarial éste es tu blog, sin embargo, no creo que sea muy útil en cuanto a auto conocimiento personal/espiritual.

Aunque infructuosas, mis primeras búsquedas no mermaron mi espíritu, sabía que por alguna parte había algo que podía compartir y que realmente podía servir de contenido interesante para alguien. (Sí es que alguien se para a leer esto alguna vez). Y encontré dos minas interesantisimas.

La primera nos permitía hacernos preguntas muy básicas pero que podían arrojar un poco de luz a esto que tenemos tan abandonado como podemos ser nosotros mismos. Preguntas simples, fáciles de contestar y que sin embargo nos ayudaran a abstraer cualidades o características de nosotros mismos. Una gran ayuda en el proceso de conocerse, respetarse, quererse, amarse y disfrutarse a uno mismo.

Y por último (Por el momento me pareció suficiente hasta la próxima vez que vuelva a la carga) está este blog: que divide las preguntas entre el ser, el sentir, el pensar y el hacer. Estas preguntas son mas complejas y requieren un poco mas de tiempo si es que no queremos contestar lo primero que nos pasa por la cabeza. 

Por mi parte, os dejo algunas con las que solía (y suelo) comenzar cada vez que empiezo un diario nuevo, no responden a ningún análisis meticuloso ni a una serie de estudios estadísticos, son preguntas que siempre me ha parecido necesario poder contestar y que cuando vuelvo a ellas me hacen reír y darme una palmadita mental en la espalda siendo consciente de que por mucho tiempo que pase puedo sacarme una sonrisa ladeada a mi misma.



Nombre: 
Edad:
¿alguien indispensable? (con el tiempo he descubierto que la única respuesta posible a esto es: yo misma) 
Un idioma: 
Un poeta: ¿venga ya, en serio no tienes ningún poeta preferido?
Un libro:  ¿Difícil eh?
Un beso:
¿Amor? 
Una materia de conocimiento: 


 Cosas que, por muy absurdas que parezca, nos definen. ¿Y tú? ¿Sabes ya cual es tu esencia? 

Cuidarte también es proclamar que no puedes.

 No puedo sola.  Esto es demasiado complicado.  Necesito ayuda.  Qué buen día para estar orgullosa de todo el progreso que he hecho.  ¿Qué e...