
Veía esas heroínas de mi infancia, como por ejemplo Hermione Granger, que caminaba siempre con la cabeza metida entre los libros. Disfrutando del saber por el placer de saber.
Y yo pensaba que me gustaría ser alguien así. Rodeada de libros, del saber de otras generaciones, con soluciones que pasaran de manos en manos, abuelos a nietos, tíos a sobrinos... para poder descifrar los intrínsecos acertijos que tiene la vida.
Terminé estudiando derecho. Y el otro día durante un examen de derecho financiero me vi como había soñado. Consultado manuales y legislación de distintas materias. Escritas en lenguajes complicados y no accesibles para cualquier ciudadano a pie de calle... descubrí que puedes llegar a cumplir tus sueños sin que estos sean precisamente los que imaginas. Qué curioso. La época de mas sabiduría en nuestras vidas es directamente proporcional a la ingenuidad e inocencia que tenemos.
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