No puedo sola.
Esto es demasiado complicado.
Necesito ayuda.
¿Qué es lo que diferencia a las personas que son capaces de usar estas frases, de las que no lo son? La respuesta fácil podría ser: el orgullo. Pero hay una vocecita que tengo en la cabeza que sabe que las cosas no pueden ser tan simples.
Aun no he encontrado qué es lo que diferencia a unos de otros. He conocido a grandes templos que no han vacilado a la hora de pedir ayuda. He conocido a personas que son víctimas de ellos mismos, y que por mucha ayuda que pidan nunca son capaces de ayudarse a sí mismo. He conocido a gente que está a favor de que todos tenemos que pedir ayuda, y dejarnos ayudar, pero que no se lo aplican, y distan mucho de querer ayudar a los demás.
Lo que si tengo claro es que en algo tiene que ver la desesperación. Ese momento agotador en el que sabes que eres mas que suficiente, pero que no quieres hacerlo por ti mismo ni un minuto más, porque eso acabaría contigo.
Estoy aprendiendo, yo tambien, a pedir ayuda. A no sentirme menos cuando necesito más, y lo necesito de fuera porque en unanimidad conmigo misma es imposible. Estoy acostumbrándome a gritar "no llego" como una colocadora en un 5:1 cuando el balón está en 5.
Y quizá porque tengo la suerte de tener una comunidad, una manada, una tribu, un sostén en el que dejarme caer... soltar las riendas, frenar en seco y dejarme caer, me está sentando de maravilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario