viernes, 14 de junio de 2013

Sola y sin humo.

Me apetece hablar de ti, sin rodeos ni preámbulos. Me apetece decir que te quiero, gritártelo a al cara y luego saltar a comerte la boca de las mil maneras posibles con los mil gemidos que pueden salirme de la  garganta.

También
me apetece fumar, y aquí estoy, con la garganta abierta a dos mitades sin ti. Sola, y sin humo.

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