Lo peor de estar mala es no saber cuando vas a dejar de estarlo, y cuando crees que estás bien vuelves a caer.
En mi caso, no me importaría estar mala si estuviéramos en otras fechas y no fueran los últimos días de un curso que me ha encantado. De un curso en el que soy completa e inigualablemente feliz. Este año lo recordaré como el año en el que empecé a ser yo y la gente empezó a quererme por lo que yo era. Un año en el que he tenido entre mis brazos a varios chicos y en el que por uno solo quiero ir a clase.
Ha sido un año de decisiones, de enfermedades, de desgracias sí, pero... ¿Cuales no lo son? Todos los años nos pasan cosas malas, la diferencia está en como somos nosotros y cómo nos encontramos sicológicamente en ese año. ¿Qué más puedo deciros aparte de que quiero ponerme buena ya?
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