miércoles, 19 de junio de 2013

Ayer por la tarde Lucía perdió más que una cartera con sesenta euros. Perdió el miedo.
El miedo a ser ella misma, empezó a darse cuenta de cómo las cosas podían cambiar, a mejor.
Perdió los nervios y la indecisión, quizás no ganara valentía pero ganó las agallas para empezar a ser feliz, a vivir la vida que necesitaba vivir.

Ayer mi rubia descubrió que de una conversación puedes sacar mucho, o sacarlo todo. Y me encantó estar ahí, y ser la otra persona.


Para aprender a hablar nos basta con 3 o 4 años, para aprender a ser felices, toda una vida.

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