Ayer paré en seco. Tengo la sensación, y creo que es más cierta de lo que me gustaría, de que voy a todos los sitios corriendo. De que no se cómo se pasea. No se ir tranquila, ni andar sin rumbo. Todo tiene que estar programado, planeado y decidido con una antelación inmediata y buscando los caminos y rumbos más eficaces para cortar por lo sano, tanto tiempo, como espacio. Y ayer paré en seco. Me dediqué a andar, A observar a la gente que me rodeaba, todos igual de atareados que yo y con las mismas prisas. Todos con las mismas caras de aceleración y la misma expresión distraída en el rostro. Todos tan como yo... que asusta.
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