jueves, 10 de diciembre de 2015

Adoro esa sensación.

Últimamente me siento hecha por y para sensaciones. No podéis imaginar el escalofrío que me recorrió cuando ayer a las tres y veinte de la tarde abrí, desde antes de Octubre, un libro. Había estado leyendo en el móvil, y en el ordenador, porque no encontraba un libro de estos, a ver como lo llamo... impuestos pero a los que eres capaz de cogerle el gustillo. 
Pero ese gustazo de abrir, desde hace tanto tiempo, un libro (que para ti es nuevo) no me lo quita nadie. Acariciar las páginas y sentir lástima por las personas que dicen que no les gusta leer. 
De hecho, sigo con mi romántica comparación de los que se declaran "no lectores" y de los que se declaran "no amantes". 
Todo aquel que me cuenta que no le gusta amar, así como todo aquel que me cuenta que no le gusta leer... para ellos, sin animo de ofender, les diría lo mismo. No habéis encontrado el libro, o la persona, adecuada. 
Me niego a pensar que hay gente que no se desvive por aprender, por leer, por conocer, por saber. 
Creo también, firmemente, que con los libros va a pasar como con el tabaco. Van a prohibirlos (como ya han hecho dictadores de todo el mundo) y ese será el único momento en el que a las personas les de algo de morbo beberse las páginas. 

Me quedo, para terminar, con una frase que me hizo sonreír el otro día. 

"Si los libros estuviesen tan prohibidos como la droga, quizás la gente, por el morbo de hacerlo, andaría todo el día con el mono de meterse un par de líneas"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuidarte también es proclamar que no puedes.

 No puedo sola.  Esto es demasiado complicado.  Necesito ayuda.  Qué buen día para estar orgullosa de todo el progreso que he hecho.  ¿Qué e...