Perdámonos en alta mar, que nadie sepa. Que nadie opine.
Sepamos que estar vivo no es más que sentir el aire que entra en tus pulmones, la luz que acaricia tu piel y la lluvia que moja tu alma.
Vistete y vívete.
Vamos.
Corre, vuela.
Salta y siente dolor.
Experimenta, juega, destrozate.
Y vuelve a construirte.
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