domingo, 4 de octubre de 2015

Anduvieron un buen rato, separados por una cuarta, en silencio, de vez en cuando ella sentía como los ojos de el se clavaban en su nariz. El silencio cada vez iba haciéndose mas denso, pero parecía que solo lo notaba ella.

- ¿Por qué corrías? - Olga lo miró sin saber si detenerse o no. Siguió andando tranquila.
- Me he asustado. Había un hombre que no me convencía mucho y he echado a correr.
- ¿qué hubiera pasado si te hubiese perseguido?
- No lo sé. Supongo que se habría chocado contigo al igual que yo.

Sus comisuras se curvaron levemente y ella respondió.

- No sé como te llamas. - tiró el anzuelo ella.
- ni yo tu nombre. - rió él. - tampoco es algo importante.
- Creo que me gustaría saber a quien acompaño a su casa.
- A un chico que está de erasmus.
- ¿eres guiri?
- Si, un guiri de santa justa.

Ella río.

- Este año estoy de erasmus aquí en Triana.
- ¿Y? ¿Te gusta este nuevo país?
- No está mal, sobre todo cuando la primera noche te encuentras a alguien como tu.

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