"Nunca había visto a una mujer tan enamorada de su marido como lo estás tú. He estado observándote. Cada vez que nombran a Prokófiev se te ilumina la cara, los ojos se te salen de las órbitas cuando normalmente están hundidos en ellas. Tú ni siquiera te das ni cuenta, pero incluso dejas de caminar encorvada cuando alguien le menciona. ¿Te acuerdas el otro día, cuando al regresar al campo nos cruzamos con un camión de presos que empezaron a gritar
Tres naranjas, tres naranjas, en alusión a la ópera
El amor de las tres naranjas de Prokófiev, para evitar pronunciar tu nombre y que pudiera suponerte algún problema? Tu cuerpo se irguió como el tronco de un árbol. Me dio la impresión de que crecías un metro. - Anastasia hablaba entre el pesar y la admiración-. No sé si te envidio o te compadezco. ¿Las españolas soléis enamoraros siempre de esa manera? Menudo desgaste. Y luego hablan de la capacidad de sufrimiento de los rusos."
Una pasión Rusa.
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