Si yo fuera tu aprovecharía la primavera para tirar toda aquella ropa de invierno que te encadene a un pasado que te traiga malos recuerdos. Esos chalecos que guardas por si algún día te apetece ponértelos (y ese día nunca llega), esos vaqueros de pana para disfrazarte (cuando no acudes a fiestas de disfraces), esos guantes que odias porque no conservan el calor (y te molesta tener las manos frías), esas camisetas interiores que te quedan pequeñas, con las que no eres capaz de verte sexy o de gustarte a ti mismo. Tira toda aquella ropa de 3 tallas menos a la tuya que te compraste aquella vez que hiciste una dieta milagrosa, y aquello que te regaló tu ex y el recuerdo te duele.
Empieza simbólicamente una etapa nueva, colorida, fresca, que huela bien, sin acumular trastos en el armario. Hay veces que ganamos mas cuando perdemos ciertas cosas. Pruébate.
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