sábado, 23 de noviembre de 2013

Estaba sentada en un banco, estaba oscureciendo pero eso nunca me había impedido devorar los libros a la luz de la luna. 

No sentí llegar a la persona que me tapó los ojos con las manos, no lo hizo rápido, no me hizo daño, no apretó. (Cuando días más tarde me enteré de quien había sido esa persona me di cuenta de que demasiado daño había causado ya). 

Sentí unos labios cerca de mi oreja izquierda. Incliné la cabeza a un lado a la vez que dejaba escapar un suspiro por mi boca. Yo estaba tranquila, era como si todo estuviera ocurriendo a cámara lenta. Me gustaba. Me gustó. 

No se me ocurrió abrir la boca durante las décimas de segundo que esto estaba pasando. La voz en mi oído me habló. 


"Lo sé, todo."

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