Lo que siempre me ha fascinado, más que los cuadros y esculturas, es la condición no-material de la palabra, que no nace de un tubito de témpera o de la arcilla manipulada ni de los dibujos que después se transformaran en puentes. Espero no ofender tu sensibilidad en esta revelación.
La palabra es inmaterial y, sin embargo, la considero más poderosa que cualquier gesto físico. Brota de una idea, de un pensamiento, de cualquier observación de la naturaleza o de una calle, de un edificio, de una cara, emerge de una bofetada o de un coito y... paf, puede cambiarte el mundo.O, al menos, la perspectiva.
Paola Calvetti.
Nosotros dos como en una novela.
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