Me paro a pensar y solo he pasado dos años en tu vida. Dos años tan maravillosos. Le rezaré a San Isidoro por los siglos de los siglos, te lo prometo.
Espero, supongo, presiento, sé que solo me voy a perder 15 años de todos los que te quedan por vivir. Este cumpleaños es muy importante pero... no lo es. Es solo el segundo amor. Vale, si, es muy importante, es tu último cumpleaños como menor de edad. Lo próximo es la mayoría de edad que significará tan poco. Pero está bien creer en que cuando no los tienes hay una burbuja (en la mayoría de los casos también te aprisiona) que te protege del mundo.
Los dieciocho suenan serios. O no. O sí.
Creamos en la magia mis ojillos azules. Que te quiero. Quiero, deseo que disfrutes este año como si fuese el último de tu vida. Que cada día te levantes con una ilusión, que el desanimo no haga mella en tu sonrisa. Deseo que triunfes sobre ti misma. Que al acabar todos los días de estos diecisiete, te acuestes y te sientas bien. Te sientas orgullosa de lo que eres, de la persona en quien te estás convirtiendo. Y eso me lo habrás leído muchas veces, en este nuestro secreto. Quiero que rías mas alto que todo el mundo, quiero que llores con ganas cuando tengas que llorar. Quiero que sientas como nunca has sentido. Que quiero que vivas, que seas tú y que no dejes de descubrirte cada día. Que te alegres por las cosas buenas que te ofrece la vida. Que cambies lo que tengas que cambiar, que mantengas todo aquello que te hace bien. Que te quieras, que me quieras. Que eres lo mas bonito que tengo en mi vida.
Felicidades pequeña Sara. Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario