Una vez leí - y se me quedó muy grabado- que cuando una chica quiere cambiar su vida, lo que sufre es su pelo.
Hoy no me he maquillado.
He declarado la guerra al rimell por un día, al eye linner inmóvil que tanto me gusta porque me he negado a renunciar al placer de frotarte la cara entre dos clases. Y bostezar como es debido.
Hoy he intentando ser suave.
Con mis actos y mis pensamientos, los he medido para no herir... aunque no siempre con éxito.
Hoy he intentado ser yo.
Y en esto no sé si he fracasado estrepitosamente cumpliendo la expectativa que el mundo está acostumbrado a que cumpla o he vencido un día mas. ¿Lo mejor de todo? Que no puedo saberlo.
No aún.
No hay comentarios:
Publicar un comentario