La tranquilidad de la tarde me hacía preguntarme si estaba sola o no, si estaban callados detrás de mi puerta escuchando qué ruidos hacía o si simplemente se hallaban tumbados, muertos.
La vida se les acabaría pronto. Las personas malas no pueden durar mucho, la abuela siempre lo decía...
Aunque la abuela era de las personas más buenas que he conocido nunca y murió. Echo de menos a la abuela.
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