domingo, 9 de febrero de 2014

Abrazada a ti sin poder mirarte.

Cariño, todavía te quiero, no sabes cuanto. 
Sigo jodidamente enamorada de ti, hasta las trancas, 
a mi cuerpo le resulta demasiado fácil amoldarse al tuyo, 
le resulta demasiado confortable tus manos alrededor de mi cintura, 
nuestras bocas se buscan, 
¿Crees que no me di cuenta ayer? 
Lo siento si te lo estoy haciendo pasar mal
Perdoname por ser estúpida. 
Pero necesito caerme de un precipicio para darme cuenta
de que un día estuve en las nubes. 
Dejame volver  a sentir cosquillas en el estómago,
deja que mi cuerpo vuelva a estremecerse al oir tu voz. 
Dame tiempo para que se me erice el vello de la nuca al olerte. 
No hagamos esto por rutina, 
porque entonces ya es cuando me pierdes. 
Cuando me pierdes para siempre. 
Dejame jugar, estamos jugando. 
O quizás no. 
No quiero jugar contigo.
Pero entonces... 
cuentame porqué la vida reparte cartas. 

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