lunes, 4 de marzo de 2013

Equilibrio.

Todos lo necesitamos, unos más, otros menos. El caso es que al final del día todos necesitamos poder poner las cosas en la balanza y que, al menos, estén en equilibrio si es que no se inclina hacia lo que queremos o consideramos bueno.

Mi equilibrio se basa en la gente que me rodea contra lo malo que me pueda o no suceder. Las personas me alimentan, no soy caníbal, no. Me alimenta una historia de amor contada por una amiga de ojos llorosos de la emoción. Me alimenta la risa de un niño. Me alimenta una broma de mi hermana o una canción de alguien que se esfuerza por hacerme sonreir. Me alimentar ver a los que quiero. Mi pequeña preciosidad de ojos azules con sus abrazos a todas horas diciendome "eres lo más euforico que me he echado a la cara" o decirle a una buena amiga, "Tía, estás pletórica, parece que acabas de echar el polvo de tu vida"

Todas esas cosas del día a día que muchos pueden considerar pequeñeces son lo que me alimenta. Lo que me hace sentir viva y encontrar, cada noche, mi balanza en equilibrio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuidarte también es proclamar que no puedes.

 No puedo sola.  Esto es demasiado complicado.  Necesito ayuda.  Qué buen día para estar orgullosa de todo el progreso que he hecho.  ¿Qué e...