Mi marido me habría gritado, me habría insultado, se habría cagado en mis muertos, en toda mi familia y en mi, me hubiera echado en cara mil cosas que hice por él e hice "mal". Me habría tenido como una mujer de los años 50, en casa a todas horas, me habría convencido de dejar mi trabajo... para qué si de todas formas, pensaba mantenerme él. Me habría disuadido de salir con mis amigas, que perdida de tiempo habría sido arreglarme para ojos que no fueran los suyos. Me habría disuadido también de ver a mi familia, no serviría de nada, mi nueva familia serían los niños que me daría él. Me habría comprado un perro y le habría pegado para demostrarme cuan fuerte y valiente es. Me habría empujado quejandose de las cosas que hago mal, me habría forzado ha hacer el amor con el tantas veces que el quisiera, sin preocuparse por si yo lloraba o reia, o incluso me retorcía de dolor. Me habría pegado, pegado golpes, primero con la mano, luego con la escoba, hasta que habría cogido su palo de golf y de un golpe en la cabeza me habría dejado muerta, en el suelo.
Que ironía, estar escribiendo mi futuro si sigo viva, todo esto habría pasado, si en el momento del primer grito y cuando me levantó la mano por primera vez yo no hubiera cogido la puerta y me hubiera largado.
TOLERANCIA CERO CONTRA EL MALTRATADOR DE GÉNERO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario