A horas de terminar una etapa y comenzar otra nueva, por aquello de que si se cierra una puerta se abre otra, no puedo evitar acordarme de una frase tan curiosa como aquella.
Yo siempre pensé que sabía lo que se sentía al ser una buena estudiante, una buena chica, hacer las cosas bonitas y tener a gusto al resto. Sentir siempre que había algo que podía mejorar un poco mas, que podía quedar redondo.
Pero por lo que se ve, iba de algo totalmente diferente.
Iba de saber, que cuando has hecho todo lo que podías, no es necesario seguir sufriendo por lo que podría haber sido.
Has dado lo mejor de ti, parece decir en mi corazón aquella querida profesora, ahora vete al cine. Ahora vive. Ahora siente. Sin culpas ni remordimientos. Lo importante es poder mirarte al espejo.
Porque convocatorias hay muchas, pero juventud solo hay una.
No hay comentarios:
Publicar un comentario