Cuando hablamos de la queja inmediatamente se nos viene al cabeza "aquello que siempre y todos hacemos con continuidad". Todos nos quejamos, porque... cómo no vamos a hacerlo. Hay muchos motivos para quejarse. Infinidad de ellos. Lo que cada vez está mas claro es que las
quejas afectan a nuestro cerebro, y pueden condicionar en gran parte la forma en que vivimos nuestra vida.
"Tengo que quejarme porque sino, reviento."
Es una fantástica frase en todo, excepto en su veracidad. ¿Realmente quejarnos libera tensiones? Ante este punto podríamos recurrir al juego fácil y contestar que, por supuesto, quejarse te ayuda a verbalizar aquello que te está oprimiendo.
Sin embargo, encuentro poca explicación científica al hecho de que, simplemente por poner en palabras aquello que nos está incomodando, o molestando, vamos a dejar de sentir la molestia. sería tan ridículo como intentar hacer admitir a un médico que no lo necesitamos porque, expresando con voz clara dónde se encuentra nuestro dolor éste remite.
En el caso de que quejarte libere tus tensiones, eso no quita para que aumente la tensión del receptor de toda tu energía negativa. Cuando nos quejamos lo hacemos con gente de confianza, gente a la que consideramos nuestra, que se supone, nos quiere y ha de ser capaz de ponerse en nuestro lugar. El ser humano, aunque en ocasiones se empeñe en demostrar lo contrario, no es imbécil, y no buscará un destinatario de sus quejas que sea incapaz de desarrollar la empatia para consigo mismo. Buscamos alguien a nuestro nivel emociona que, aunque no esté sufriendo lo mismo que nosotros creemos sufrir, tenga la inventiva y la iniciativa suficiente para ponerse en nuestro lugar.
Esta persona que nos escucha en nuestra dolorosa queja nos está haciendo un flaco favor si, al terminar, no es capaz de encauzarnos en una dirección diferente al rumbo que ha tomado nuestra mente.
Si eres tú el receptor de las quejas, un ¿Qué vas a hacer para solucionarlo? o... ¿cómo te ayudo? Son frases que pueden provocar un cambio real en la dirección de nuestra conversación con dicha persona quejosa, así que, si vives con el complejo de inodoro apuntatelas y comienza a plantearte si esa es o no tu función vital, o al menos si quieres que lo sea.
"No me puedo quejar".
Entre mis lecturas este verano se encontraba una muy
interesante de un sacerdote llamado Carlos G. Vallés, en la que se abordaba el tema de la queja. En uno de los capítulos hace una exposición brillante sobre este tema. Explica incluso como, cuando a una persona le va irremediablemente bien, y su interlocutor lo sabe y negarlo sería una descarada patraña, con cierta humildad fingida dice "no me puedo quejar". Y esta afirmación la hace con un tono lastimero: "pobre de mi que no puedo quejarme, con lo que me gustaría".
Como si "mi caballo es mas grande que tu caballo" se hubiera trasladado al mundo de la queja, o fuera necesario tener grandes y hermosos motivos para quejarte y así, sentirte mejor contigo mismo. Porque claro, todo esto parte de que para que exista comunicación es necesario un receptor del emisor, descargar energía negativa hacia otra persona y otras formas de fastidiarlo sin querer... algo así como pedir que las nubes que empañan tu fin de semana se marchen al pueblo vecino y llueva allí.
"Es que no me entiendes"
¿Nunca habéis hablado con (o habéis sido) un adolescente que se encuentra en un momento de histeria y lo único que hace es repetir esa frase? Cuando una persona empieza su perorata de quejas sin tener ninguna intención de proseguir la conversación, y lo cortas, inmediatamente tenderá a culpabilizarte de forma en que tú también te conviertas en un motivo de queja. "He ido a sincerarme contigo y a expresarte mi malestar pero tampoco tú me entiendes, tengo la peor (inserte nombre de la relación en cuestión) del mundo".
Todos estos son ejemplos burdos del daño que nos hacemos y hacemos a los demás cuando nos quejamos, o que nos hacemos a nosotros mismos cuando soportamos quejas injustificadas.
Darle un respiro a nuestro cerebro de vez en cuando y ser consciente de que todo lo que nos rodea quizás no es el problema, sino que el problema lo generamos nosotros puede ser algo muy útil para nosotros mismos.
Quedarse estancado o morir ¿? Ser consciente del cambio y tener miedo o continuar en nuestra zona de confort ¿?
Por último voy a mi preferida
"Es que la vida me trata mal"
Perdona, compañer@, la vida te trata como nos trata a todos, es cierto que encontramos muchos obstáculos en nuestro camino, sí. Pero tú sabrás si todos te los tomas como algo personal, los metes en tu mochila y los vas cargando o simplemente decides dejarlos al margen del camino y continuar, o incluso usarlos como asiento para descansar de vez en cuando, y así que te de tiempo a pensar cómo vas a dar el paso siguiente.
Cuando pensabas que tenías todas las respuestas, la vida te cambia todas las preguntas.Como me dijeron una vez en una playa atestada de gente: "bienvenida la vida adulta". Esta es la vida. Eres libre de hacer con ella lo que quieras. Puedes amargarte, verlo todo como algo que no tiene solución. Agobiarte. Conformarte con menos, hacerte pajas mentales sobre lo que debería ser (solo porque tú lo quieres así) y lo que es.
Pero eso no es ser adulto. Es ser un crío. Sé que en las noches de tormenta a todos nos apetece apretujarnos contra el regazo de nuestras madres y sentirnos protegidos, pero tuvimos bola extra al pasar nuestros primeros 9 meses de existencia y otros tantos de vida en brazos. Ahora toca ponerse en pie, aunque tambaleemos, y empezar a dar pasitos, aunque nos caigamos.
Y sobre todo, comencemos a ser realistas, quizá un gato no pueda convertirse en un león, pero un león no es más que un gato orgulloso de serlo. Y quizás tú no hayas nacido en las condiciones que según tú considerarías mas idóneas para ser feliz, pero estás aquí, estás vivo hoy. Da gracias y empieza a disfrutar. Porque aunque hubieras nacido rico y famoso el tedio de tenerlo todo también te alcanzaría ¿Cuánta gente insatisfecha vaga por el mundo pidiendo un poco mas de algo pese a tenerlo todo? ¿Quieres ser diferente o sucumbir al maravilloso poder de la queja?
It´s up to you.
Y es que todo tu ánimo, y toda felicidad depende de ti.
La vida es lo que hacemos de ella, haz que sea maravillosa.