
Pierdo el tiempo observando y escuchando lo que sale por la boca de otras personas para darme cuenta de que eso no me hace bien. Y cuando de repente encuentro a alguien con quien no tengo esa sensación, me parece asombroso y me maravillo de que aun exista gente con la que tu alma congenia. Como si estuviéramos predeterminados.
Y cuando de ellos nace la chispa, eres feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario