Por eso, uniendome a todas estas locuras, desafíos, challenge´s y demás, he decido volcarme en lo que siempre, siempre, siempre ha conseguido hacerme feliz: Leer. Un libro a la semana, durante todo el año, evidentemente el objetivo es muy modificable, yo, por ejemplo, en épocas de exámenes tengo que relajar mis lecturas porque me encuentro más ocupada, sin embargo, en verano mis ojos vuelan por las líneas de cualquier cosa que caiga en mis manos.
Por ahora, llevo nueve libros, para las nueve semanas que lleva el 2016, hay semanas en las que me he leido dos libros y libros con los que he estado dos semanas sin parar, pero el resultado, a fin de cuentas, es el mismo, a libro por semana.
Libros que me hacen sentirme bien, libros que me enseñan y me ayudan a vivir otras vidas. Libros que me emocionan y me inspiran, ya no solo para mi creación literaria, si es que ésta se puede llamar literaria, sino para mi vida. La de carne y hueso mas allá de este teclado y esta ventana al mundo.
Lectores del mundo, no os conforméis con la excusa de que la cultura está cara, Mientras siga existiendo una biblioteca pública, tendremos un refugio para acudir.
Vuestra, R.
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