Que digo yo, que quizás ser feliz, cambiar el mundo y hacer algo productivo por la sociedad requieran menos tiempo, madurez y dinero del que ponemos como excusa para no hacerlo.
Quizás consista en hacerle la vida más fácil a los que te rodean, más bonita, mas levadera.
Hacerlos reír, no como un payaso de feria, sino con la complicidad de aquellos que tienen una confianza tan grande que se leen la mente.
Quizás tu felicidad pase por renunciar a ese nuevo objeto caro para que tu hermano tenga el suyo, y él se de cuenta del gesto, y cambie su forma de ver las cosas. O quizás no la cambie, pero hablamos de tu felicidad, no de la suya.
Quizás simplemente debemos de dejar vivir, y vivir nosotros. Y no ir como jueces de la vida de todos los que nos rodean, quizás solo haya que sonreír mucho para que se contagie tu alegría y así la gente que te rodea pueda contagiarte a ti cuando no tengas ganas.
Quizás el mundo humano se rige por la simbiosis más de lo que creemos, y nos pegamos a las personas que pueden reportarnos un bien, rayando en el parasitismo, sin esforzarnos por dar nada a cambio, y así nos va, que lo único que encontramos en el mundo es muerte y destrucción. Así nos va, si generalizamos.
Levántate, despierta, cree, lucha, aprende, descubre, actúa y no permitas que nunca nadie te quite las ganas de ser feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario