- ¿Qué ves cuando te miras al espejo? - pregunta la negra.
- Una mujer.
- Ese es el problema, cuando yo me miro al espejo veo a una mujer negra.
Parece mentira que los adjetivos que van detrás de un nombre puedan cambiar tanto el mundo y la forma de ver las cosas, pero es cierto. Parece que si no eres blanco, europeo, norteamericano, alto y rubio no vales una mierda.
De hecho, es más preocupante que eso, parece que hay categorías de personas, que están los hombres y las mujeres y después, los hombres y las mujeres negros, chinos, sudamericanos...
Por eso os invito a hacer autoreflexión y a no creernos el centro del mundo. Os invito a que cuando os miréis al espejo os pongáis los adjetivos vosotros y dejéis de ponerselos a los demás, de forma en que solo haya mujeres y hombres, sin importar su aspecto físico o su procedencia.
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