domingo, 29 de diciembre de 2013

Like crazy, like a child.

¿Y quien dice que no puedo emocionarme como una niña pequeña la noche de reyes?
¿Quién me prohibió reírme a carcajadas?
Y bailar en la calle... ¿Qué cojones?
¿Quien me reventó la felicidad de los niños pequeños al dejar un diente bajo la almohada?

Me da pena pensar que ahora es lo que hago yo, lo que hacemos todos, cuando miramos extrañados a alguien cantando que pasa en bici, o nos reímos de un niño condescendientemente la mañana del seis.

Por eso me gusta tanto estar con niños pequeños, aprendes de ellos más que de cualquier persona.  Cada día algo nuevo, porque te enseñan el poder de una caricia, o el valor de una sonrisa y son cosas muy serias, no creáis. Que me interesan de verdad.

Pequeñajos, no crezcáis. 



Teneis la capacidad de elegir, yo he elegido ser feliz. He elegido permanecer pequeña. Seguir siendo una niña, seguir mis sueños como cuando somos pequeños, tener la mente abierta a todo, saber que puedo conseguir lo que me proponga. Reir siempre y llorar cuando me apetezca, sacarle la lengua a cualquiera que me moleste y no abandonar la primer "no" que se interponga en mi camino. Saber, que si, yo si puedo volar. 

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