domingo, 13 de octubre de 2013

Lo que yo quiero, corazón cobarde es que mueras por mi.

Nunca un poema de amor había sido tan desgarrador. Nunca un poema de desamor le había hecho sonreír de esa manera. 
Le gustaba cuando el le decía que la quería, una y otra vez, ¿Mariposas? ¿Dónde? De siempre le habían dado asco y ni se le pasaba por la cabeza el repugnante hecho de tenerlas en el estomago. 



Y morirme contigo si te matas 
y matarme contigo si te mueres 
porque el amor cuando no muere mata 
porque amores que matan nunca mueren. 

Yo no quiero juntar para mañana, 
nunca supe llegar a fin de mes; 
yo no quiero comerme una manzana 
dos veces por semana 
sin ganas de comer. 

Yo no quiero calor de invernadero; 
yo no quiero besar tu cicatriz; 
yo no quiero París con aguacero 
ni te quiero sin ti. 

No me esperes a las doce en el juzgado; 
no me digas "volvamos a empezar"; 
yo no quiero ni libre ni ocupado, 
ni carne ni pecado, 
ni orgullo ni piedad. 

Yo no quiero saber por qué lo hiciste; 
yo no quiero contigo ni sin ti; 
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes, 
es que mueras por mí. 

Y morirme contigo si te matas 
y matarme contigo si te mueres 
porque el amor cuando no muere mata 
porque amores que matan nunca mueren.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuidarte también es proclamar que no puedes.

 No puedo sola.  Esto es demasiado complicado.  Necesito ayuda.  Qué buen día para estar orgullosa de todo el progreso que he hecho.  ¿Qué e...