sábado, 24 de agosto de 2013

Una sonrisa de Peter.

Y es que no podía parar de escucharla, en ese momento solo existíamos ella y yo, su voz. La noche oscura y el olor a alcohol que flotaba en el ambiente. Y es que me inspiras tanto, pequeña Sara.
Y me hablaba de su mundo, de sí misma, de su vida. Y me enamora tanto lo que dice que solo puedo escribir para ti, escribirte. Escribir tu manera de sonreirle al mundo un lunes cuando más cansada estas. Tu manera de hacerme sentir la mejor persona del mundo, aún sabiendo que en lo poco que llevo viviendo he roto más vajillas que pelos tengo en la cabeza. Tu manera de saber volar sin alas. Por que... ¿sabes? llevas el gen Ángel. Te ha tocado, aunque mil veces te sientas como un demonio en el mismo infierno que creas para poder escapar y sentirte bien. Flotar.

Y ahora voy como tú. Buscando esas sonrisas de Peter Pan que me has enseñado a encontrar en las personas. Otra cosa más por la que darte las gracias, apúntate el tanto.


Los tiempos cambian.



La dignidad dió paso a la osadía, al todo vale, incluso dejamos de lado nuestra parte romántica, que nos gusta más escuchar un "Quiero follarte" que un "Voy a quererte toda mi vida" Y creo que es porque sabemos que lo primero lo tendremos y lo segundo suele ser absurdo, surrealista y mentira, la mentira más grande de todas. Follad más, mentid menos.

viernes, 23 de agosto de 2013

Era la tercera noche consecutiva que aquel pobre hombre estaba tirado en ese rincón perdido, cerca de esa tienda de licores, de esa ciudad en la que se encontraba "El café más bonito del mundo", en aquella ciudad donde el dinero corría de turistas a tiendas de souvenirs como si no hubiera mañana.

Ese hombre tenía, como las otras dos noches anteriores, una pequeña botella de vodka a la que no le quedaba más que un trago. Cada noche esa botella había ido teniendo menos hasta casi consumirse.

Una señora que iba delante mía, con su muy asumida superioridad moral lo miró despectivamente. Después se volvió hacia mi, que aun seguía parada y me hizo un gesto. Era de aceptación.

Señora, quise gritarle en Español pese a que esa mujer probablemente solo hablara húngaro, es usted alguien despreciable, mucho más despreciable que ese hombre. Y además es una ignorante.

Y en ese momento lo comprendí. Cuando alguien está pidiendo en la calle, y se lo termina gastando en alcohol es porque, de verdad lo tiene todo perdido y su mayor esperanza es que una cirrosis se lo lleve pronto, o incluso golpearse en la cabeza al dejarse caer en cualquier portal.

Y ahora si que lo dije, en un absurdo inglés conmocionado.

- "Señora, si yo o usted estuviéramos en su lugar, rezaríamos todas nuestras oraciones por esa botella de vodka"

Y, contra todo pronostico la mujer entró en la tienda de licores, yo no me moví.  Salio a los cinco minutos con otra botella de vodka mucho más grande y se la puso al pobre mendigo lado de la cabeza. Luego me sonrió tristemente y siguió andando hasta que se sentó en un portal dos calles más arriba. Esa mujer también era de la calle.

martes, 13 de agosto de 2013

Os dejo mis ganas.

Os dejo mis más sinceras ganas de disfrutar del verano:


 Por si aún no las habéis criado. Que según mi madre las ganas se crían. Y según yo misma las ganas aparecen. O te las prestan... o incluso te las regalan. 


Yo tengo muchísimas ganas de disfrutar de lo que nos queda de verano, de tomar el sol, de bailar, cantar, de no dormir, esas ganas de pegarle una patada en el trasero al invierno y de reir más alto que los problemas.
Mis ganas de brindar por una tontería. Y de apoyar y recorrer.



 Mis ganas de volar.
Mis ganas de besarlo abrazarlo y comérmelo entero, a besos por supuesto. Mis ganas de decirle que no a cualquier otro que no sea él. Mis ganas de ver a mis jarce. Mis ganas de ver a mis ojitos azules. 



Os dejo mis ganas de vivir. Aprovechadlas. 



Ser celosa nunca se me dio bien.

- ¡Tía! ¡Que ayer hicisteis un mes!
+ ¿Cómo? ¿Que dices loca? ¿Que tripa se te ha roto?
- Que siii, que ayer hiciste un mes con Él.
+  ¿En serio vas contando?
_ Claro, si no lo haces tú alguien tendrá que hacerlo. - se unió a la conversación.
+ ¿Tu tambien cuentas?
_ Y dale...
-  Bueno da igual, no me cambies de tema, ¿Lo vas a celebrar?


 +  Si yo te contara... La única forma que tengo de celebrarlo es interiormente. Luchando en mi cabeza. Por un lado estará esa parte que me dice... ¿Qué haces agarrada a una persona? Tú siempre has sido aquella a la que el compromiso le daba sarpullidos. Y sin embargo, mi otro hombro dice... que va, mi otro hombro no pronuncia palabra pese a que lo extorsiono para que me diga lo que piensa... y eso que mis hombros suelen estar siempre de acuerdo. Lo máximo que me dice es "Quien te ha visto y quien te ve, morena"  Y me pongo mala.

martes, 6 de agosto de 2013

Me aferré al colgante que llevaba al cuello como si de él pendiese la vida de mis cuatro amigas. 

La amistad es algo tan curioso, pensé mientras mi respiración se ralentizaba. En los momentos difíciles, como aquel, las echaba de menos. Casi cada día que no pasaba junto a ellas las echaba de menos, pero ese día aún más. 

Mi cara se bañó en harina, o al menos así me veía yo en los verdes espejos que tenía ese chico en la cara. Me preguntaba una y otra vez por cosas que yo no entendía. Y no podía articular respuesta coherente. ¿Qué hacía ÉL aquí?

La respuesta era tan sencilla que la deducí en cuanto se hubo ido. Esta era su casa,  y nosotros no éramos más que amigos. 


Cuidarte también es proclamar que no puedes.

 No puedo sola.  Esto es demasiado complicado.  Necesito ayuda.  Qué buen día para estar orgullosa de todo el progreso que he hecho.  ¿Qué e...