miércoles, 26 de septiembre de 2018

Porque soy dura sigo en pie.

- ¿Qué piensas?
+ Que eres muy dura.
- ¿Dura?
+ Sí, demasiado dura, y tus dosis de realismo que tornan a negatividad son pisotones para los que te rodean.

La miré con calma. Intentando no chillar. No me consideraba dura, y si lo era ¿Qué cojones? Había cambiado toda mi personalidad por ser quien era, pero no podía perder mi esencia. Y aunque ésta no fuera mi esencia... ¿Por qué era tan malo decir las cosas claras? Yo había aprendido a base de jarros de agua fría. De dosis de realidad, lo cual me parecía una fantástica forma de enterarte de lo que pasa a tu alrededor, o de lo que piensa la gente de ti. Es jodido, sí. Hace daño... en ocasiones también. Pero así sabes a qué atenerte. Así sabes qué esperar y qué no.

No creces imaginando un futuro ideal en un lugar con una persona. Creces cuando esa persona se va y te quedas arreglando tu mierda y echando de menos de forma impuesta. Y decides seguir, y no engañarte mas. Y darte dosis muy duras de realidad, de forma en que no puedas pensar que te cuesta respirar si profundizas en ese mundo del... "ojalá". Porque los "ojalá" el positivismo que no comprenda de pros y contras, de beneficios y perdidas, de gastos e ingresos... no vale para nada.

Cuando te das cuenta te has desplumado a ti mismo. Estás sin blanca. Te joden. Y los acreedores se te echan encima... Y en lugar de ir a un banco y pedir un préstamo te remangas y buscas un curro que permita sacar a flote la gran inversión que tienes entre manos.

Tarde lo que tarde, cueste lo que cueste. 

Aunque la conversaciones no vayan sobre ti, aunque no te pregunten cómo estas. Aunque no te salga la voz porque temes quebrarte con ella, empezar a llorar y no parar nunca.
Te has llevado los golpes a pares. ¿En un costado? tienes dos, las piernas no las sientes de lo veloz que intentas correr, los brazos están llenos de magulladuras como para que una mas incida en tu ánimo. Soportas el universo que amenaza con desmoronarse, mantienes erguido el lomo. Sonríes.


Y cuando llegas de nuevo arriba, cuando de  nuevo vuelves a estar donde querías, miras atrás y das gracias por todas las veces que fueron duros contigo, y te dijeron las cosas claras. y te hicieron mas fuerte. Y descubres que sobreviviste. 

lunes, 17 de septiembre de 2018

Lunes de septiembre.

Ropa limpia, mochilas llenas, despertadores temprano, nuevos proyectos, inicio de curso... septiembre. Miles de millones de oportunidades que están deseando abordarnos y hacernos crecer.
Emoción, nervios, incertidumbre, agobio, rechazo, ansiedad... este momento (mes) puede provocarnos emociones completamente diferentes... pero me quedo con lo bueno.

Me quedo con las sonrisas de los reencuentros después de pasar un verano tomando el sol. Con la alegría de dos niños que vuelven a jugar al fútbol en los recreos, con las extraescolares... ¿Qué haremos este año? Volvemos a los bocatas de chope, de chorizo o de paté.  En las aulas huele a libros nuevos, a lapices recién afilados y al plástico de las mochilas aun sin estrenar; en las oficinas los adultos están mas morenos, estrenan agendas o calendarios... otra vuelta a la noria (como si de enero se tratase) comenzamos nuevo curso escolar. De nuevo lunes, y la ciudad despierta.

Sin embargo este año no se me quita algo de la cabeza... caras. Caras de personas que no he visto y no puedo llegar a imaginar. De niños que no sabrán nunca lo que es estrenar estuche y mochila a juego. De adultos que no se quejarán de volver de vacaciones porque no saben lo que significa esa palabra. De bebés que no llorarán a las puertas de las guarderías cuando su padres los dejen en las mismas para ir a trabajar.

De gente sin voz. Gente que no existe para el atareado mundo rico... gente que pareciera que no merece nuestra atención. Y es que estos inicios de curso, llenos de planteamientos de mejora y cambios en nuestra vida (llevar las cosas al día, dormir 8 horas, volver al gimnasio...) deberían utilizarse también en tomar opciones libres y decididas ha hacer de este mundo algo mejor, aunque sea un poco, un poco menos injusto, un poco mas caritativo, un poco mas alegre, un poco menos superficial... y es que aunque el cambio no está en los actos sino en el ser (porque todo empieza por lo que eres) quizás es necesario empezar a tomar decisiones, la de ser un poco mas solidarios, mas justos, mas alegres, mas profundos... y que eso se materialice en actos concretos.

((Hacer un voluntariado, comprometerse con una causa social, donar sangre/juguetes/ropa/alimentos cuando se hagan campañas de recogida, ir a ayudar a un comedor social, colaborar con el banco de alimentos, con cáritas, con asociaciones, ONG´s... o si eres pobre en tiempo y felicidad... también hay sitio para ti en el mundo de la solidaridad, puedes dar tu dinero. ))


Nuestro mundo, nuestro nuevo curso y nuestra vida, serán lo que hagamos de ellos. En ti está hacer que sea genial solo para ti, o también para el resto.





martes, 11 de septiembre de 2018

Si, no, tal vez.

Respuestas que pueden marcar la diferencia a preguntas sencillas.

No te importa, me es indiferente tu vida, no me gustaría mantener el contacto contigo.

Respuestas que también pueden marcar la diferencia a preguntas sencillas. ¿Por qué las primeras nos resultan mas fáciles de decir que las segundas? Esta bien... son monosílabos, respuestas cortas que no condicionan en sobremanera, que dan pie a una explicación. Sin embargo las segundas no dejan lugar a nada mas.



En dos ocasiones de mi vida  fui consciente de que tuve ONG´S a mi cargo. Que yo las dirigía, las sufragaba, peleaba para que sobrevivieran, dieran fruto. Estas ONG´s de las que hablo eran dos personas. En una comedia romántica los habríamos llamado "los de la friendzone". Pero esto es la vida real y lo real era que mas que ONG´s eran pozos sin fondo.

Pozos donde tiraba constantemente mi energía, mis ganas de vivir, mi alegría. Yo tenía que estar para esos pozos sin fondo, sin embargo solo recibía carga negativa y deseos frustrados de un intento de acercamiento amoroso. Expectativas depositadas sobre mi como una losa que no somos capaces de levantar y nos deja atrapados bajo el alcantarillado.

¿Hasta que punto tuve que aguantar para ser capaz de expresar que ya no podía más? Qué estaba cansada de dar un 100% de mí para recibir un 110% de negatividad...

Evidentemente aquello no fue algo fácil. Hubo millones de reproches, "después de perro; apaleao". Pero quizás, en esto tan complicado a lo que llamamos vida, podríamos jugar mejor nuestras cartas y hacerlo todo mas sencillo con algunas respuestas un tanto mas.... complejas.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Trabajar desde casa.

La idea de trabajar desde casa a través de nuestros ordenadores cada vez gana mas popularidad entre los habitantes de este lugar llamado mundo.

Sin embargo, es complicado habituarse a una serie de condicionantes que no valoramos al trabajar fuera de nuestra casa. Si tenemos que salir de casa para trabajar por lo general adquirimos una serie de hábitos que son beneficiosos para nuestra salud.

Por ejemplo, un día normal suena el despertador, te levantas, desayunas, te duchas, te lavas los dientes, te vistes, es posible que te eches crema, te afeites o te maquilles, y cuando acabes ese ritual salgas a la calle para llegar a un tiempo determinado al trabajo. Entras, te relacionas con otros compañeros que tienen puestos similares al tuyo (o no) y trabajas.

Para una persona que trabaje desde casa ese periodo de 1h que dedicamos a desayunar y asearnos puede quedar reducido a: te suena el despertador, remoloneas porque no te has puesto una hora fija para trabajar, te quedas en la cama, cuando te levantas a las dos horas te asalta un remordimiento de conciencia porque es tarde, por lo que te levantas apresurado, te echas un café recalentado en el microondas y te sientas delante (normalmente) de tu ordenador. Cuando llegas sientes la necesidad de decirle al mundo... "buenos días, ya estoy aquí una mañana mas" y entras en fb para materializarlo. Ya tenemos los primeros 20 min del día perdidos (otra vez).

Cuando te pones a hacer algo productivo te encuentras con que son las 11:28 de la mañana y que tu creatividad está tan muerta como las algas que llegan a las playas desde el mar. Y aquí puede empezar un hermoso camino de divagación sobre tus ultimas vacaciones, y lo bonita que era la casa, y lo desordenada que está la tuya, porque claro, no tienes tiempo para nada, y tu (inserte nombre aleatorio de compañero de piso: pareja, hijos, hermanos, mascota) no valora la limpieza tanto como tú y acabas con ganas de salir corriendo.

No sabemos cuanto impacto puede tener a largo plazo trabajar desde el hogar dulce hogar, sobre todo cuando por razones de espacio no tienes un despacho fijo, o algo parecido. Lo que si está claro es que hay una serie de reglas que no podemos dejar de tener en mente si nos aventuramos en esta nueva odisea.

Tus horarios: 

Como hija de autónoma he comprobado de primera mano la veracidad de la frase que dice: "los autónomos nunca descasan". Sin embargo, todo el que trabaja en casa ya no es autónomo, y aunque lo fuera, hay que priorizar, trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar.

Esto me lleva a hacer una apreciación: es posible que no hagas una gran fortuna de aquí a que acabe tu vida a no ser que

a) te toque la lotería (suerte con eso, o al menos intenta no arruinarte comprando los cupones)
b) una herencia tan desorbitada que te quede algo cuando hacienda se lleve su parte.
c) Inesperadamente se te ocurra una idea increíble, seas capaz de desarrollarla, hacerla factible y vendersela a una multinacional.

Pero, seamos sinceros, mejor hacernos a la idea de que lo que cuenta no son las cosas que acumulamos en vida, sino como vivimos nuestra vida, y hacernos a la idea de que menos es mas es una de los grandes avances de la mente humana.

Continuando con los horarios; hay que marcar unas horas en las que seamos productivos. Para ello hay que preguntarse una serie de cosas ¿Qué jornada quieres echar?  Porque quizás tu ideal de trabajo es de 6 horas y media al día y, si estas empezando, puede que no sea una buena idea un horizonte tan bajo, ¿Cuando eres mas productivo? no sirve de nada que te levantes a las 5 de la mañana para acabar a las 14:00 cuando las 4 primeras horas vas a estar como un zombie aporreando el teclado. Tira de tu etapa de estudiante, eras de los que se quedaban hasta tarde la noche antes del examen estudiando, o de los que sabían que eso era perder el tiempo y se levantaban mas temprano para repasar ¿?  Puede que eso te ayude a saber en qué momento del día serás mas útil para ti mismo y tu negocio. O es posible que tengas una gran familia y quieras adaptar tus horarios a los suyos para pasar tiempo con ellos. Adelante, eres libre. Siempre y cuando no:


  • Te saltes tus horas de trabajo. 
  • Respetes tu tiempo de descanso. 
  • Las horas que uses en trabajar realmente se centren en trabajar y no en bucear por el misterioso y adictivo mundo de las redes sociales. 

Tu espacio. 

Cuando trabajas en una oficina has de ser consciente de un factor que quizás no asimilamos. Hay limpiadores, y cuando tu terminas tu trabajo comienza el suyo. Por si no lo sabías estos trabajadores tienen la tarea de limpiar tu mierda cuando no estás, de forma en que tengas un espacio de trabajo (sino ordenado) al menos limpio, y que no se acumule el polvo en los archivadores y el aire sea respirable. 

Puede ser que tengas un despacho móvil en tu casa, que a ratos trabajes en la mesa de la cocina y que luego desplaces el portátil al salón, o puede que trabajes mejor en la mesa de la terraza. Sin embargo, tener varias zonas susceptibles de ser tu despacho no solo le da al cerebro la idea de inestabilidad sino que te impide ver realmente la mierda que se acumula a tu alrededor, tendremos siempre una vía alternativa a ponernos a limpiar, si la cocina está sucia seguro que el salón está un poco mas recogido, nos dirá nuestro perezoso interior, de forma que huiremos del problema, la suciedad, en lugar de encargarnos de ella. Incluso cuando tenemos un despacho propio en una habitación con puerta incluida, sentimos la necesidad de huir del problema.

Lo que tienes que entender es que tu hogar sigue siendo tu hogar y el hecho de que trabajes en él no te da la excusa perfecta para dejar abandonada su limpieza. 

  • Mantén tus cosas ordenadas. 
  • Limpia a fondo tu espacio de trabajo al menos una vez por semana. 
  • No dejes que se acumule la basura en tu mesa. 
  • Puedes incluir la limpieza de tu zona de trabajo dentro de tus horarios pre-establecidos de forma en que, por ejemplo, el miércoles de las x horas de trabajo que te planifiques, la ultima o la primera hora y media sean de limpieza general. 

Tú.

El hecho de que nadie te vea trabajar desde tu casa, o que en tu casa no tengas, por ejemplo, la costumbre de vestirte o calzarte los pies, puede suponer la perdida total de tu imagen corporal. Cada cual dentro de su estilo todos seguimos (espero que sea así) una serie de reglas básicas, como por ejemplo: después de darse una ducha nadie se pone la misma ropa interior sucia que acaba de quitarse, creo que todos tendemos a optar por una prenda limpia. O antes de salir de casa para el trabajo nos lavamos los dientes.

Si trabajamos desde casa podemos optar en el... nadie me ve, nadie va a olerme el aliento, en cualquier momento tomaré un te, no es necesario lavarme los dientes. De esta forma tendemos a ir, cada vez mas, descuidando nuestra imagen corporal, por lo que al mirarnos a un espejo no veremos a la persona llena de potencial que solemos imaginar, sino a una persona parecida a un estudiante un domingo de exámenes con resaca. Mala cara, mal aliento, posiblemente un chándal o algo parecido, unos calcetines y unas chanclas, todo junto.

¿De verdad hay alguien en el mundo que no sea consciente de que lo que vemos en un espejo al mirarnos dice mucho de nosotros mismos?  Según lo que veamos podemos sentirnos de una forma u otra.

Si vas a una entrevista de trabajo vestido como una persona seria, responsable, formal, elegante te sentirás mucho mejor que si apareces con un chándal y el pelo sucio. De hecho, la otra persona verá de ti lo que le muestres, al igual que te juzgará por tu aspecto. En este tema es muy similar. Para por un momento e imagina verte desde fuera, sin un espejo, mírate como si fueras google maps, girate sobre tu eje y dime qué pensarías de ti si no fueras tú.

Quitando los desajustes de autoestima y falsa modestia... quizás veas a una persona atractiva, quizás no, quizás veas a alguien que necesita cuidarse un poco, hacer algo mas de ejercicio, asegurarse de que su ropa está limpia, quizás veas a alguien pulcro o a un autentico desaseado. Este ejercicio lo hace tu subconsciente por ti continuamente, cada vez que te reflejas en un espejo, le envía señales a tu cerebro sobre lo que ve, y así te sientes. Nuestra imagen, nuestra marca personal, es muy importante en nuestra vida laboral, quizá demasiado.

Así pues, toma conciencia de cómo te muestras a ti mismo y cómo eso te hace sentir y recuerda...

  • No descuides tu rutina personal, aséate como si fueras a salir a la calle. 
  • Usa ropa cómoda pero bonita durante tus horas de trabajo, cuando termines, cámbiate. 
  • Mantente alejado de hábitos que no harías en la oficina de tener a tu jefe detrás observándote, no pares cada 15 minutos para fumarte un cigarro, no bebas en tus horas de trabajo, cuida tu postura (tu espalda lo agradecerá). 
  • No temas mirarte al espejo antes de trabajar y admirar el buen aspecto que tienes y lo bien que te sientes contigo mismo. 

Ante todo, lo mas importante es sentirte útil, activo y con una meta clara. Y... si aun no te has decidido a hacerlo pero es un paso que quieres dar, aquí tienes una guía que puede servirte de ayuda, ¡ánimo y adelante!

Cuidarte también es proclamar que no puedes.

 No puedo sola.  Esto es demasiado complicado.  Necesito ayuda.  Qué buen día para estar orgullosa de todo el progreso que he hecho.  ¿Qué e...