No he tenido la ocasión de contaros mi fatídica semana, ni el viaje en el autobús de este medio día en el que me he enamorado. No es que me haya enamorado hoy al medio día. Me he enamorado en el autobús.
Estaba en la misma parada donde yo lo cogí y se sentó a mi lado. Parece que el destino lo hizo a cosa hecha. El trayecto a casa fue muy normal. Es mas, no pensé en que se había fijado en mi hasta el momento en el que baje y estaba mirádome, estábamos mirándonos.
Irónico que cada vez que me enamoro en un bus lo cuente aquí, como si el hecho de lanzarlo a internet fuera a traerme a mi casa a un príncipe azul. Pero no. No habrá mas príncipes que los que miremos con esos ojos, ni momentos románticos si no estamos de humor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario