#ViviendoYaprendiendo.

El respeto se gana.
Una sonrisa siempre dirá mucho más que un escote.

No he tenido la ocasión de contaros mi fatídica semana, ni el viaje en el autobús de este medio día en el que me he enamorado. No es que me haya enamorado hoy al medio día. Me he enamorado en el autobús.

Estaba en la misma parada donde yo lo cogí y se sentó a mi lado. Parece que el destino lo hizo a cosa hecha. El trayecto a casa fue muy normal. Es mas, no pensé en que se había fijado en mi hasta el momento en el que baje y estaba mirádome, estábamos mirándonos.

Irónico que cada vez que me enamoro en un bus lo cuente aquí, como si el hecho de lanzarlo a internet fuera a traerme a mi casa a un príncipe azul. Pero no. No habrá mas príncipes que los que miremos con esos ojos, ni momentos románticos si no estamos de humor.

Reflexiones cuando el calor aprieta.

Los caminos se cruzan y acabas sola.
Quizás no por mucho tiempo, pero hay trozos, quizás sean mil pasos, quizás sean cien o quizás solo diez, que has de andar tú sola.
Debes sentir como tu cabeza busca alternativas y tu corazón ruge mientras tus tripas se encogen. Tu espalda se arquea mientras acoges tus rodillas cerca de los hombros para descansar la barbilla mientras te abrazas. Miras al infinito dándote cuenta de que eres una pequeña mierda con sueños muy grandes, y piensas en todas las personas que han logrado algo importante pese a ser mierdas diferentes con sueños enormes. Piensas que ellos tampoco sabían como conseguirlo y te consuelas como hace un niño con un chupete. Callas, pero el río amenaza con desbordarse otra vez y te angustias, de nuevo.
Le ruegas a Dios que te guíe pero parece que el tampoco anda cerca. Te planteas el hecho de que va empujándote, moviéndote los pies pero aun así, eres tú quien lleva el timón del barco.
Ojala te hubiesen dejado algún mapa.
Vuelves a tener la certeza de que estas sola boqueando como un pez que lleva ya demasiado tiempo fuera del agua y se muere. Le queda poco tiempo de vida. Poca energía. Y la poca que tiene la usa en luchar contra un enemigo invisible que imagina su cabeza.
Se plantea si de verdad no estará loca. Perfectamente podrías ser un enfermo mental y no percibirlo, podrían estar controlando tu cerebro, y el mío al escribir esto. Podrían estar haciéndote creer que eres feliz.

Cuando una mujer te diga "hazlo", no lo hagas, está dudando de tu inteligencia.
Cuando una mujer te diga " no lo hagas", hazlo, duda de tu valentía.
Cuando una mujer te diga "haz lo que quieras", lo que pretende es que la sorprendas.

Se enamoró como lo hacen todas las mujeres inteligentes, como una idiota.

Puestos a creer, creamos en nosotros mismos. Creamos en que podemos ser algo mas que cuatro besos en el baño de un mugriento bar. Encima de un triste lavabo. Creete que te conquista mi forma de reír. Y yo me creeré que los versos de otro en tu boca no sonaban como del montón. Creamos en la forma de mirarnos sabiendo que hay algo increíble escondido en la otra persona. Seamos de esos que, cuando se ven tiemblan.

Seamos de los  desprendidos que creen que todo el mundo es suyo, y lo terminan consiguiendo. Seamos de aquellos que viven por y para sí mismos, teniendo en cuenta que para mantener a uno mismo con vida necesitan al otro.

Seamos de los que nos enamoramos locamente, de vivir.

Y estará ahí sentado en la puerta esperando sorprenderte.
Cuando viajaba de unos brazos a otros se sentía protegida, pero a la vez sola.
No sabía que habia dentro de ella.
Ni que había dentro de los que la rodeaban.
Solo quería bailar, con cada uno de ellos.
Todos los presentes la obsevaron mientras resbalaba por las escaleras.
Entro en un dulce y tranquilo sueño, se sentía bien.
La gente le gritaba.
¿Por qué?
Pensaba, si se sentía genial.
Era lo que llevaba tanto tiempo añorando.
Descansar.

Tú mismo con tu mecanismo.

Me gustaba lo que estaba estudiando. El tejido meristemático, presente en las plantas, se encarga del crecimiento. Hay dos tipos de tejidos meristemáticos, el primario y el secundario. 

El primario se encarga del crecimiento en longitud de la planta. A lo largo. Las células que lo forman están sin diferenciar, es decir, que vienen del embrión de la planta. De la planta bebé podríamos decir... 

El tejido secundario es otra historia, hace crecer a la planta en grosor. No está en plantas con menos de un año de vida. 

¿Que por qué os estoy soltando esto? Me ha hecho pensar en un relación de dos. 

Durante el primer año solo pasan días. Uno tras otro, a lo largo de tu vida. En esa relación, el amor, la amistad o el cariño nacen desde dentro, desde las células esas indiferenciadas a la hora de sentir que probablemente tenga nuestro corazón, o nuestro cerebro. Quien sabe. Entended la metáfora. 

Mas tarde, eso no basta, esa relación tiene que profundizar. Tiene que calar hondo. 

Ahí es donde entra en acción el tejido secundario. Con su presencia. ¿Necesitas un año para eso? No tiene por qué, hay amistades duraderas que se consolidaron a los tres días de nacer. Hay relaciones que se estropearon al año y un día.

Si quieres ser libre empieza por ser eficaz. 

Más tarde aprende lo que significa la palabra

H O N O R

aprende palabras como: 

Dignidad.

Pasíon. 

Sudor. 

Si quieres ser libre empieza por estar alerta. 

Aprende que una caricia no ata. 

Aprende que un golpe tampoco. 

Si quieres ser libre piensa en 

blanco

azul 

rojo

verde 

rosa

... 

Si quieres ser libre ruge. 

Si quieres ser libre no te aferres a las apariencias. 

Si quieres ser libre, abandona tus complejos

uno a uno. 

Si quieres ser libre no escuches condicionales.

Si quieres ser libre, no aceptes las condiciones. 

O sí. 

Si quieres ser libre tienes que ser demasiado soñador,

porque ya te digo yo que la libetad completa, no existe. 

Nunca podrás dejar de sentir, 

los sentimientos nos mantienen atados al mundo, demasiado atados

Los sentimientos nos hacen sentir. 

Que irónico ¿no?

Nunca habrá una persona que no sienta nada. 

Y he ahí la grandeza de la opresión del propio ser humano sobre sí mismo. 

Estas lejos. ¿Estás lejos?
No te siento lejos.
Tampoco cerca.
Curioso, no te siento.
Me encanta saber que estás pero no sentirte

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Estaban serios y podía notarlo. Había tensión, pero esta no se cortaba con un cuchillo. No era un tópico. Acabábamos de cerrar el bar y estábamos esperando la llamada que podía alegrarnos el día. Podría hacernos felices... o hundirnos la vida.

El móvil sonó. Los tres saltamos. Falsa alarma. No era ella.