miércoles, 6 de febrero de 2019

Todas las edades que habitan en ti.

 ¿No sería fantástico poder sentarte a tomar un café con otras versiones de ti mismo? 
Con tu versión de los cinco años, tu versión de los 10, el joven de 25, el adulto de 50 y el anciano de 85... poder sentarte a charlar con ellos supondría conocer personas diferentes. 


¿estará orgulloso el niño que eras del adulto en el que te has convertido? 
¿será el anciano mas sabio que el joven o habrá perdido toda su magia? 

Creo que a todos nos gustaría ver que nuestras versiones futuras son mejores que las actuales, que las actuales son mejores que las pasadas. Pero son simplemente diferentes. No por aprender cosas nuevas debemos rechazar todo lo vivido o experimentado anteriormente. Ni debemos caer en el el olvido de nuestros baches y partes bajas, porque de ahí salió lo que a día de hoy somos. 

De la misma forma en que no podemos estancarnos en lo que somos ahora mismo e intentar no cambiar nunca. Intentar permanecer estables en un mundo en el que la única constante es el cambio continuo. Sería un error. 

Reconciliarnos con nuestro pasado muchas veces es el primer paso para comenzar a apreciar lo que somos. Lo que sentimos a día de hoy. Y en cómo vivimos nuestros días, de qué cosas están llenas nuestras rutinas, se encuentra la clave de nuestro futuro. Lo que hacemos hoy por pequeño que sea cambiará lo que vamos a ser dentro de 10 años. 

Si nuestra vida es un continuo "aguante", un continuo "soportar" ¿qué vamos a dejarle a nuestro yo del futuro? Una losa sobre la espalda y la idea de que nuestra existencia puede resumirse en días continuados iguales a los demás. Quizá llegue un momento en el que seamos capaces de echar la vista hacia atrás y ver que en ese momento estábamos soportando mucho, pero no eramos conscientes, lo llevábamos con la alegría que nos da la ignorancia. 

Como quizá nunca tenga la oportunidad de sentarme con mi yo del pasado dejo notas para mi yo del futuro, para poder releerme. Ver que pensaba, seguir conectada a las cosas que consideré importantes, a las cosas que aprendí y que no quería que volvieran a repetirse u olvidarse. Un error puede perseguirnos siempre, pero solo seremos capaces de superarlo cuando lo aceptemos y nos quedemos con la lección, el aprendizaje, lo que nos enseñó.

 Quizá no pueda tomar café con mi yo de hace unos años, pero siempre podré volver a esa persona a través de lo que escribió. Y de esa forma permanecer conectada con todas las edades que habitan en mi. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuidarte también es proclamar que no puedes.

 No puedo sola.  Esto es demasiado complicado.  Necesito ayuda.  Qué buen día para estar orgullosa de todo el progreso que he hecho.  ¿Qué e...