- Piénsalo - insistió él. - Puedes acabar conmigo. Como has intentado hacer esta tarde durante el concierto. Ya te he dicho que tarde o temprano asesinaré a tus amigos, en especial a Jack.- Victoria apretó los dientes-. no mato por placer, ni por deporte, pero debo confesar que tengo muchas ganas de acabar con él.
Victoria pensó en Jack, dormido en el sillón de la habitación del hospital, velando su descanso, y sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas de rabia y odio.
- no te atreverás - susurró-. No te atreverás a tocar a Jack porque, si lo haces...
- ¿Qué? ¿Me matarás? Adelante, puedes hacerlo ahora.
Victoria oprimió con fuerza el mango de la navaja. Un fino hilo de sangre recorrió el cuello del tipo que tanto odiaba, pero él no pareció inmutarse.
- Voy a matar a Jack. -dijo de nuevo.
Victoria gritó y apretó la daga contra el cuello. Pero, por alguna razón el objeto resbaló entre sus dedos y cayó al suelo. Victoria quiso golpear al joven con los puños, pero él la sujeto por las muñecas. Odiándose a sí misma por ser tan debil, Victoria dejó caer la cabeza para que sus cabellos ocultaran su rostro, y las lágrimas que empañaban sus ojos.
- ¿Por qué no puedo matarte? -preguntó, angustiada.
Él le hizo alzar la cabeza para mirarla a los ojos.
- Yo iba ha hacerte la misma pregunta - dijo en voz baja.
Y se inclinó hacia ella y la besó con suavidad.
- Laura Gallego García -
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