Y, con todo esto que está ocurriendo, solo se me vienen a la cabeza la de veces que he escuchado, estos ultimos días a muchísimas personas quejarse de que, realmente, no tienen tiempo para nada.
Desde la que me decía que no paraba en casa los fines de semana y no tenía tiempo por las tardes para probarle la ropa al crío y así clasificar cuales de verdad le quedaban bien o no.
La estudiante universitaria que me contaba que solo le faltaba el TFG y no encontraba minutos al día para dedicarle en condiciones.
Aquella otra que necesitaba tiempo para meditar, encontrar un rato al día para estar completamente en silencio y no pensar en nada.
La que se dedica a trabajar fuera de casa, pero que tiene jornada doble porque también tiene que trabajar dentro, que se lamentaba de no tener tiempo para hacer una buena limpieza general.
La que necesitaba sentarse a estudiar inglés porque tiene los exámenes pronto.
La que está opositando y se lamentaba de tener que vivir todas las fiestas de la primavera desde la ventana de su casa y con horarios restringidos.
La que tiene una pila de libros acumulada, de series por ver y artículos que estudiar para los que nunca encontrará momento.
La que necesitaba un tiempo para ver si de verdad estaba enfocada en lo que quería hacer con su vida.
La que necesitaba tiempo y quietud para retomar la pasión y la dulzura con su pareja.
La que está cansada de un ritmo de vida que no puede pero cree que necesita soportar.
La que quiere pasar mas tiempo con su familia, pero no lo encuentra porque todos están muy ocupados corriendo hacia cualquier parte de la ciudad constantemente...
Y así podemos seguir poniendo ejemplos mil. De todas las personas que han deseado y manifestado en los últimos meses que necesitaban tiempo. Y ahora se me antoja curioso pensar que parece que lo hemos invocado. Como si de tanto pedirlo, el planeta, la vida, el universo, Dios, nos hubieran dicho: aquí tienes lo que tanto necesitas. O crees necesitar.
Y ahora solo nos queda ser fiel a lo que hemos visualizado y proyectado. Tenemos tiempo, encierro domiciliario, tenemos horas por delante. Mas o menos largas. Mas o menos productivas. Lo que si está claro es que deberíamos utilizarlas para algo interesante. El éxito de las personas reside en su capaz de sacar de los problemas y dificultades algo bueno. Porque al final, lo sacan de ellos mismos.
Solo queda actuar.
Que la vida no nos de todo lo que pedimos, ni tanto como podamos soportar.