viernes, 17 de agosto de 2018

Bienvenida contra-adolescencia.

Hace algún tiempo que lleva rondando por mi cabeza una señal de alarma. Ese tipo de alarmas que tienes no sabes muy bien porqué y que asemejas al piloto rojo encendido en el cuadro de mandos del coche. A raíz de esta alarma interna, he intentado sentarme y saber qué pasaba y cuando he intentado silenciar mi mente he sentido retenida mi capacidad de pensar en un tema abstracto sin que me doliera la cabeza. Esto me ha llevado a preguntarme ampliamente y constantemente el por qué. Entonces di con la tecla: me encontraba totalmente absorbida por las redes sociales.

Facebook, twitter, instagram... se había convertido en un obligado en mi vida. Como comer, respirar, o dormir, esas pestañitas martilleaban mi mente siendo lo primero que consultaba al despertar y lo ultimo que me llevaba a la cama. Había dado un taller a los jóvenes del campamento al que fui de voluntaria sobre los peligros e inconvenientes de las redes sociales. El tiempo que nos quitaban, la vida que nos robaban. Y no me había dado cuenta de que yo era victima del sistema que denunciaba, por mucho que las usara de forma "pasiva". Sin compartir muchas cosas, o sin poner extensos comentarios sobre mi vida.

En esta vorágine emocional estaba cuando encontré, sin quererlo y por casualidad un artículo cuyo título rezaba así: Por qué he dejado Facbook. 

Y no me di cuenta hasta que me puse a leerlo, de lo identificada que me sentía con cada una de las palabras de su autora. Era absolutamente brutal.Uno de los principales problemas que observaba, como bien dice en el articulo era mi imposibilidad de escribir.  Acostumbrada a encasillar mis pensamientos en unos cuantos caracteres para hacerlos accesibles, por encima de todo a mi misma; me daba cuenta de que era incapaz de hilar mas de cuatro párrafos seguidos sin tener las manos en la boca y la necesidad de destrozar, una a una mis uñas, en ese habito tan horrible y que tanto tiempo llevo intentando abandonar.

Al leer el articulo, ademas, ponía nombre y sentimientos a esa ansiedad que me acompañaba continuamente en cuanto tenía un momento de calma. Mi corazón me pedía estar sola y mi mente me impulsaba una y otra vez a cotillear las vidas virtuales de la gente que tenía en redes sociales para sentirme inmersa en la vida social. Una buena contradicción, ¿no es cierto?

Ante todos estas evidencias no he tenido mas remedio que aceptar el encabezado del articulo, llevaba mucho tiempo siendo consciente de que existía un problema, que quería borrar mi facebook, así como el resto de mis redes sociales.



Las alarmas que tenemos en nuestro interior no mienten. Están ahí por algo, nuestro cuerpo es lo suficientemente inteligente como para permitir que sigan existiendo y nuestra mente lo suficientemente cómoda como para ignorarlas sabiendo que la recompensa a corto plazo (información corta, fotos bonitas, a trocitos, atractiva(s), nuestra droga) se nos acabará y tendremos, durante un periodo, un cierto síndrome de abstinencia.

En este periodo me encuentro yo, día 1 sin redes sociales. Ayer borre mis cuentas de facebook  y de twitter. La de instagram la desactivé hace unos 15 días. Esas aplicaciones ya no están, ni en mi móvil, ni en mi escritorio de google. Y me he sorprendido dos veces poniendo en el buscador "facebook" y "twitter" para reírme de mi misma al recordarme de que...eso ya no existe. Al menos en 14 días dejará de existir si no lo recupero antes.

Quizás supere estos 14 días de ventana sintiéndome invencible, quizás recupere mis cuentas antes de que se borren permanentemente, quizás llegue el invierno mi yo futuro odie a mi yo presente por haber sucumbido a esta oportunidad para mi, pero... creo que he de ser responsable con el contenido que consumo. Con las horas que dedico a mi ocio, ya que son pocas, y con la forma en la que quiero vivir.

Hoy me he decidido, por fin, a seleccionar las fotos que llevo años queriendo imprimir, he buscado una página web y es posible que para esta tarde me decida a apretar el botón de "confirmar". Además he terminado un mandala que llevaba coloreando desde principios de julio, y me siento completamente realizada al ver a ese león completamente coloreado. También he preguntado a mi madre por aquello que me comentó una vez de... bordar las iniciales en las almohadas. Quizá este solo sea un pequeño paso que no lleve a ninguna parte, o quizás sea una decisión de la que me enorgullezca cuando pase un numero de años. Pero ahí está. Como decían en el que puede ser mi libro favorito... "no tomar ninguna decisión es tomar una muy grande". Y creo que estoy cansada de que el mundo decida por mi.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuidarte también es proclamar que no puedes.

 No puedo sola.  Esto es demasiado complicado.  Necesito ayuda.  Qué buen día para estar orgullosa de todo el progreso que he hecho.  ¿Qué e...