Y llegas a casa y dejas suavemente las llaves apoyadas en la mesa, contenida.
Te apoyas en la pared, y con un ultimo quejido, te dejas caer mientras las lágriamas surcan tu rostro.
Cuando vuelves a abrirlos has llegado al suelo.
Te levantas, respiras, repites tu mantra "todo va a ir bien" y respiras de nuevo. Qué dificil es despedirse de alguien cuando sabes que vas a tirarte bastante tiempo sin verlo. Que no es un Adiós definitivo, ya, pero ese espacio temporal que os separa parece capaz de borrar todo lo vivido.
¿Cuántas cosas pueden pasar durante ese tiempo? ¿Cuánto puede cambiar todo?
Das las gracias por lo vivido. Te quiero, te amo, te extraño. No puedo vivir sin ti... bueno, si puedo, pero no quiero.
Y te das cuenta que no puedes decir que no.
- Has elegido a una persona, no a un lugar, ni a una circunstancia.
+ Pero no quiero
- ¿Ya te has cansado de amar?
Y te refugias en lo que te queda. Un teclado y una ducha caliente. Mañana será otro día, un día menos para vernos. Mientras tanto, queda el arte de recrearse en lo vivido. De llorar hasta desahogarse por completo, o ahogarte por completo con tus propias lagrimas (algún remedio será efectivo).
Te escribo amor, claro que te escribo, ¿cómo dejar de hacerlo? si es la forma mas pura de amar que conoce mi corazón... si es siendo verso la forma de tocar con los ojos lo que no sé decir.
No sabes como pero has llegado hasta aquí, hasta este ordenador, casi un año despues de que pensaras que tu mundo se iba a la mierda y aquí sigues. "He sobrevivido a mi, no vas a matarme tú". Y sabes que seguirás. Que Málaga no es una ciudad tan fea. Y que estar morena durante todo el año no puede ser tan malo.
Y otro mantra mientras decides arrastrarte hacia la ducha "Dios dirá". Y dejas en manos ajenas todo el peso que arrastras. Y por fin puedes respirar de nuevo. Llámalo huir, llámalo excusa, yo lo llamo vida.